Kilómetro cero

Los dos arquitectos que «limpiarán» la Puerta del Sol

José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez lideran una reforma que promete transformar el entorno, por primera vez, en una plaza emblemática

«Si Madrid es el centro de España, y la Puerta del Sol lo es de Madrid, un escolástico sacará la conclusión de que la Puerta del Sol es el punto central del reino». Mesonero Romanos, cronista de la villa, lo dejó escrito en el siglo XIX. La Puerta del Sol siempre ha sido un foro. Un lugar de encuentro ineludible y lleno de vitalidad. No ha dejado de serlo ni siquiera durante estos meses de pandemia. Una cosa es cierta: hasta ahora, no podíamos referirnos a ella de forma estricta como «plaza». Sin embargo, su peatonalización por parte del Ayuntamiento lo hará posible. Y, junto a estos trabajos, dos arquitectos, José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez, se encargarán de reordenar un entorno emblemático no solo de la capital. LA RAZÓN reunió a ambos en el espacio que en el que ambos trabajarán.

«Desde el punto de vista arquitectónico, la plaza tiene un enorme valor monumental. Pero ahora mismo está desvirtuada. Si quitas las fuentes y el “tragabolas’' y mueves las estatuas, emerge una plaza muy monumental», explica Linazasoro. «En realidad no era una plaza. Era un cruce de caminos. Ahora, cuando se ha empezado a peatonalizar, el resultado será el de una plaza. Pero hay que darle sentido. Fíjate las farolas, colocadas de cualquier manera... Todo está colocado provisionalmente, como la estatua de Carlos III. Y así, van quedando restos de lo que había antes y de lo que después otros han ido incorporando», añade. Tanto él como Sánchez observan con atención todo el entorno. No pueden dejar de intercambiar impresiones sobre los trabajos que se llevarán a cabo, siempre con sus proyecciones en mente. «Sabíamos que, en algún momento, la remodelación de la Puerta del Sol se tenía que acometer. Y eso dependía de que los políticos retomaran el proyecto y apostaran por él. En ese sentido, ha habido sensibilidad por parte del Ayuntamiento», señala Sánchez.

El Consistorio ha rescatado el proyecto que ambos presentaron en 2014, dentro del concurso de ideas «Piensa Sol», pensado para peatonalizar la zona, y en el cual Linazasoro y Sánchez obtuvieron el primer premio. «Lo que explicábamos en aquel proyecto era que los elementos que, por funcionalidad, tienen que permanecer en la plaza, no deben estar puestos de cualquier manera, de forma caótica y como resultado de sucesivas remodelaciones que nunca han tenido la idea de ’'plaza’' en la cabeza», explica Sánchez.

Los dos arquitectos recuerdan que la Puerta del Sol se ha «tocado» sustancialmente en muchas ocasiones. La última de ellas en 2009, cuando finalizaron los obras de la estación de Cercanías por parte del Ministerio de Fomento, con la entrada acristalada conocida popularmente como «ballena», «iglú» o «tragabolas». Mucho antes, a mediados del siglo XIX, Lucio del Valle, Juan Rivera y José Morer reformaron la plaza, uno de los accesos de la cerca que rodeaba Madrid en el siglo XV, otorgándole la fisonomía que hoy vemos. Ahora, en este siglo XXI, ¿en qué consiste el proyecto liderado por Linazasoro y Sánchez?

«Con los elementos que actualmente existen, quitando unos y preservando otros, planteamos que dichos elementos sean acordes con el entorno de la plaza», dice Sánchez. El espacio se dividirá en dos arcos: uno en la fachada norte, donde se situarán los bancos (un elemento ahora ausente), las farolas, y las estatuas de Mariblanca y del Oso y el Madroño; después, otro arco, el que va de las calles Arenal y Mayor hacia Alcalá, recogerá las salidas de Metro y la estatua de Carlos III. Del mismo modo, en este último arco, los arquitectos esperan que se construyan unos pabellones que acojan los actuales quioscos.

Y es que, actualmente, éstos «no siguen una línea clara». Así, uno de los modelos a seguir son los pabellones del eje de Recoletos. Con esa mejor distribución del espacio como meta, se eliminarán las cabinas telefónicas que aún persisten en la plaza y se replantearán las fuentes. Por otro lado, se «racionalizarán» las actuales salidas de Metro y Cercanías, entre ellas el «tragabolas». Un punto este último que no solo depende del Consistorio: la Comunidad de Madrid y Adif también están personadas en el proyecto como titulares del suburbano. «Sin menoscabo de la funcionalidad del Metro, se trata de mover un par de ascensores de forma que las salidas estén mejor colocadas. Hasta ahora, siempre se ha primado más el subsuelo que la superficie, que es lo que de verdad importa a los madrileños», apunta Sánchez.

«Se trata siempre de agrupar y dejar un vacío en el centro, un vacío grande para acoger los acontecimientos que aquí tienen lugar», afirma Linazasoro. Porque «cualquier cosa que ocurre en Madrid, tiene como escenario la Puerta del Sol. Cuando hablan de Madrid, es el espacio que aparece en los telediarios. La Plaza Mayor, un espacio más recoleto e histórico, no ha conseguido convertirse en un emblema. Y la Puerta del Sol, sí. Y ya que es la imagen de Madrid, debe ser una plaza digna, con todo su carácter simbólico como tal». De hecho, si tuvieran que explicar a los madrileños qué entorno encontrarán, dirían, en palabras de Sánchez, que será «más Puerta del Sol que antes. Se va a quedar lo bueno y se va a entender mejor».

Así, lo que ambos van a hacer es «limpiar» la plaza. «Cuando vas a la Plaza Mayor, o visitas la Plaza Vendôme en París, te das cuenta de su monumentalidad. En Sol hay elementos que no puedes quitar. No puede ser una plaza tan vacía. Pero con los elementos con los que cuenta, era más necesaria esa labor de estudio para llevar a cabo esa limpieza», dice Sánchez.

Los plazos, como es habitual, no están cerrados. Y menos aún en un entorno de trabajo de 20.000 metros cuadrados, como es el caso. Con todo, Sánchez estima que, mientras que este año «es el del proyecto», el siguiente será el de las obras. De esta forma, y esperemos que ya todos inmunizados, madrileños y no madrileños podrían tomar las uvas en la Nochevieja de 2022 dentro de una Puerta del Sol segura, pero también cien por cien peatonal y, esta vez sí, convertida de forma definitiva en la plaza de la capital.

UNA «ALFOMBRA» EN EL KILÓMETRO CERO

Uno de los aspectos que estudian los arquitectos es el de realzar la placa del kilómetro cero, situada frente a la Real Casa de Correos. ¿El motivo? «Mucha gente que visita Madrid va en su busca. Algunos casi no la encuentran. Y otros, ven que solo acaban fotografiando una baldosa», explica Sánchez. De ahí que estén analizando la posibilidad de crear una suerte de «alfombra pétrea», de forma que haga de «bienvenida» . Por ejemplo, se podría esculpir una «rosa de los vientos» que refuerce ese significado de «kilómetro cero» de las carreteras radiales del resto de España. Todo ello, por otro lado, dentro de un nuevo pavimento para el entorno, ya que el actual está confeccionado «a base de parches».