Descontrol

Estos son los puntos rojos del «botellón» en Madrid

Tras el estado de alarma, plazas y parques se conviertan en lugares de encuentro. Usera y Centro son los distritos que registran mayor número de denuncias por consumo de alcohol en la vía pública

Miembros de la Policía Municipal de Madrid, el pasado sábado, en Puerta del Sol
Miembros de la Policía Municipal de Madrid, el pasado sábado, en Puerta del SolLuca PiergiovanniEFE

El pasado fin de semana ha vuelto a poner de relieve un fenómeno que Madrid lleva padeciendo antes, durante y, definitivamente, después del estado de alarma: el «botellón».

Muchos pensaron, o quisieron pensar, que con el fin de las restricciones y del toque de queda se daba vía libre para todo. Incluido beber en la calle. Además de la irresponsabilidad que supone hacerlo en un momento en el que el coronavirus no nos ha dicho todavía adiós, el consumo de alcohol en la vía pública era, y es, un delito.

Tras el decaimiento del estado de alarma, y según anunció ayer el Ayuntamiento de Madrid, alrededor de 650 personas han incurrido en el mismo, provocando otras tantas sanciones. Huelga decir que el distanciamiento y el uso de mascarillas brillaban por su ausencia. De hecho, otras 350 sanciones fueron impuestas en este sentido.

¿Cuál sería el mapa del botellón en Madrid?

A la hora de rastrear el fenómeno, una de las pruebas irrefutables se encuentra en el número de actuaciones llevadas a cabo por la Policía Municipal de la capital. Su último informe disponible, correspondiente al pasado marzo, revela que se impusieron un total de 2.904 sanciones durante que mes, mientras que el pasado febrero fueron 2.111 y, en enero, 811. En resumen, un consumo progresivo a medida que se han ido relajando las restricciones. Hay que reseñar que, de las casi 3.000 multas del pasado marzo, 128 correspondieron a menores de edad.

Las zonas más conflictivas
Las zonas más conflictivasMiguel Roselló

Usera, en primer lugar

Por distritos, hay un claro vencedor: Usera. En solo un mes se impusieron 502 sanciones, lo que supone en torno al 17% del total. A continuación, se encuentra uno de los que acapara más zonas específicas dedicadas al «botellón»: Centro, con 436 multas, dos de ellas para menores de edad. También en un lugar destacado del podio está Villaverde. Un distrito en el que se registraron un total de 367 sanciones. Latina (287), Carabanchel (216), Hortaleza (157), Moncloa-Aravaca (144), Tetuán (110) y Retiro (109) superaban asimismo el centenar. Por contra, los menos propensos al consumo de alcohol en la calle fueron Vicálvaro (7), Barajas (9), Villa de Vallecas (23), Moratalaz (25) y Salamanca (26).

Ahora bien, en cada uno de estos distritos existen áreas muy concretas donde la fiesta parece no acabarse nunca. Y si las conocemos, es en buena parte gracias a las denuncias de sus sufridos vecinos, que ven (y sobre todo oyen) como la juerga se prolonga a las puertas de sus casas y hasta altas horas de la madrugada. Así, en el primer distrito del ranking, Usera, una de estas áreas es el Parque de Pradolongo. Además del ruido, los vecinos han denunciado peleas, así como toda la basura, en forma de vasos y botellas vacías, que se acumula en esta zona verde. De hecho, se trata de una de las áreas en las que el Ayuntamiento ha intensificado los controles «anti-botellón» en el último año.

En lo que respecta a Centro, uno de los lugares habituales –no ahora, sino en las últimas décadas– es la Plaza del Dos de mayo, en pleno corazón del barrio de Malasaña. De hecho, la plaza fue noticia este pasado fin de semana, después de que la Policía Municipal tuviera que desalojarla. En este caso, se trata de un problema tristemente cronificado para unos vecinos que, periódicamente, exigen más controles en la zona. Entre otros muchos motivos, porque orinar en los alrededores se ha convertido en una malsana costumbre.

Sin salir de Centro, la plaza Barceló, la del Rey (en la calle Barquillo) y la de Santa Ana constituyen otros de los puntos rojos de la capital durante los fines de semana. A estos habría que añadir el Parque del Casino de La Reina, en el barrio de Lavapiés. Hace muy pocas fechas, los vecinos denunciaban en Telemadrid que, pese a que el parque se cierra a las 00:00 horas, la gente se divierte allí durante toda la noche. Además, la Asociación de vecinos La Corrala de Lavapiés aseguraba que algunas obras recientes del parque, como son los huertos o las pistas deportivas infantiles, amanecían destrozadas.

Moncloa-Aravaca es otro de los distritos más concurridos. Al menos por número de puntos. Muchos de ellos corresponde a una «ruta» próxima a varios colegios mayores. Los parques de la calle Juan XXIII, así como las calles Beatriz de Bobadilla y Rector Royo Villanova conformarían este «triángulo del botellón».

Anatómico Forense y Wanda

El Parque del Oeste ha constituido otro de los lugares de reunión, incluso durante el estado de alarma vigente. Al igual que Plaza de España –actualmente en obras– y Ciudad Universitaria. Los alrededores de la Torre de Iluminación y Comunicaciones del Ayuntamiento de Madrid, conocido como el «faro de Moncloa» es también uno de los puntos ineludibles en el consumo de alcohol nocturno. A estos hay que añadir las inmediaciones del Instituto Anatómico Forense, concretamente en la zona del Cercanías, donde las autoridades tuvieron que hacer acto de presencia el pasado fin de semana.

Madrid Río, en Arganzuela, también es de los lugares que, periódicamente, deben ser desalojados por la Policía. El pasado octubre, los agentes tuvieron que actuar sobre 300 personas. Una falta que se agravó al no respetar las medidas de seguridad obligatorias por aquel entonces.

El parking del Wanda Metropolitano, en San Blas-Canillejas, está sumando usos con el paso de los años. Si inicialmente empezó a ser utilizado como improvisada «pista» para carreras ilegales, desde hace tiempo también ha pasado a ser un punto de encuentro para el «botellón». O lo que es aún peor, para las dos cosas, reuniendo a jóvenes apasionados por la velocidad y, a su vez, con unas copas de más, que después presumen de sus «hazañas» compartiendo vídeos de las mismas en YouTube.

En cuanto a Latina, los vecinos que viven en las inmediaciones del Parque de Aluche han denunciado en varias ocasiones, a través de vídeos publicados en redes sociales, la «discoteca» en la que se termina convirtiendo esta zona verde. Es más: aunque la Policía Municipal acude nada más recibir las llamadas de los afectados y terminan desalojando la zona, los usuarios vuelven a ocupar el parque una vez que los coches patrulla se alejan.

Por último, el parque de la Dehesa Boyal, en el barrio de San Cristobal –Villaverde– es otro de los espacios en los que el ocio nocturno traspasa las barreras no solo cívicas; ahora, también sanitarias.