Sucesos

La factura del macrobotellón de Madrid: más de 100.000 euros de dinero público

Solo en el refuerzo de 200 agentes por cada dispositivo el Ayuntamiento tiene que invertir 50.000 euros extra. La violencia callejera aumenta su coste

Los jóvenes valencianos reclaman una alternativa cultural que sustituya al tradicional ocio nocturno
Los jóvenes valencianos reclaman una alternativa cultural que sustituya al tradicional ocio nocturno©Gonzalo Pérez MataLa Razón

Los balances de los últimos botellones en Madrid se asemejan cada vez más a partes de guerra. Heridos incluidos. Durante el pasado fin de semana, con el Parque del Oeste como epicentro, tuvo que atenderse a al menos una decena de personas por diversos traumatismos, así como a otras cuatro por heridas de arma blanca, después de protagonizar varias barricadas en el entorno de Ferraz. Sin embargo, estas «batallas» también tienen un coste económico para la ciudad, en un momento en el que el Consistorio debe medir al máximo cada euro invertido. De hecho, el Ayuntamiento de la capital venía advirtiendo en los últimos días del aumento de la «resistencia» por parte de los asistentes a estas reuniones. Y es que, si en la mayoría de las ocasiones bastaba la presencia de los agentes para disolver estas concentraciones ilegales de forma pacífica, en las últimas congregaciones no faltan jóvenes de carácter violento e incluso con historial delictivo, lo que está incrementando la «factura» en daños causada por los macrobotellones.

Así, de entrada, hay que apuntar un coste de personal que está afrontando el Ayuntamiento en las últimas semanas. Tal y como recordó la portavoz municipal y delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz, cada refuerzo de 200 agentes que acomete el Consistorio por los macrobotellones, supone un coste adicional de 50.000 euros en concepto de horas extra. Teniendo en cuenta los dispositivos desplegados durente los últimos tres fines de semana, la factura derivada del consumo de alcohol en la vía pública se dispara –por el momento– a los 150.000 euros.

Al final, esa cantidad resulta casi anecdótica en comparación con lo que debe abonar el Ayuntamiento por los turnos extraordinarios. Desde el Área de Seguridad y Emergencias reiteran que la falta de personal policial ha llevado a tener que abonar solo este año la cantidad de 65 millones de euros en este concepto. Y, de momento, así seguirá siendo. Como recuerdan desde Cibeles, el botellón es solo una de las decenas de incidencias excepcionales que los agentes deben cubrir cada fin de semana –partidos de fútbol, conciertos y otras citas culturales...–. Con la limitación incluida en la actual tasa de reposición, Madrid debe conformarse con 5.600 policías municipales, mientras que Cibeles considera que la plantilla debería alcanzar los 7.000 para poder cubrir con plenas garantías la seguridad de la ciudad.

Marquesinas y lunas

Después, están también los costes materiales derivados de los enfrentamientos con la Policía. El más cuantioso vino por el destrozo de una estación de BiciMad, situada en el Paseo Moret: alrededor de 13.000 euros costará su sustitución. Pero no fue el único daño: varias marquesinas destrozadas –con un importe de al menos 300 euros cada una–, lunas y ventanas de alrededor de una decena de coches reventadas –más de doscientos euros la reparación de cada una–, mobiliario urbano dañado de distinta consideración...

En todo caso, y pese a la falta de recursos –los organizadores de estas citas cambian a última hora las zonas para concentrarse–, la Policía Municipal adoptará nuevas medidas. Así, en los próximos fines de semana, el Cuerpo madrileño infiltrará a un mayor número de de policías de paisano para poder dar una respuesta más efectiva.

Además, el Área de Seguridad y Emergencias, está trabajando con la Delegación del Gobierno para incrementar los dispositivos de cara a la seguridad ciudadana.

Además, Inmaculada Sanz avanzó que, en los próximos días, y ante la cercanía de las Fiestas del Pilar en Fuencarral, se reforzará el dispositivo con las unidades de drones, de caballería y la sección canina. «Estamos dispuestos a poner todo lo necesario», subrayó.

Sanz reiteró que los «macrobotellones» son un «llamamiento» para que las bandas juveniles cometan hurtos y agresiones y muchos de ellos están identificados por la policía. Pero la realidad es que la Policía Municipal «no puede estar al mismo tiempo en todos los puntos de Madrid».

La vicealcaldesa Begoña Villacís también se refirió a los actos de este pasado fin de semana. «Se ha hecho un esfuerzo con 200 personas más tratando de controlar los botellones, pero no podemos poner un policía detrás de cada persona, eso es materialmente imposible, aunque haya una buena colaboración con la Policía Nacional para tratar de contenerlos». Villacís reconoció que los agentes están «exhaustos». «La Policía no llega donde tiene que llegar la responsabilidad individual y el apoyo de las familias, que deben ser conscientes de que los jóvenes se inician en el alcohol demasiado pronto», destacó.