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Así ha sido el pregón de Antonio Resines en las fiestas de San Isidro: refranes y una broma a Almeida

El actor ha querido destacar que lo mejor de la ciudad son los madrileños, a los que elogió como los principales artífices de que la capital sea el lugar más acogedor, sociable y generoso del país

Como pregonero nuestro que es, Antonio Resines ha deseado esta tarde a los madrileños unas «estupendas y divertidas fiestas de San Isidro, eso sí, con cabeza y precaución». Y es que «con lo que acabo de pasar, nadie mejor que yo os puedo dar ese consejo», ha asegurado el actor en referencia a su prolongado ingreso hospitalario y su proceso de recuperación tras contagiarse de Covid-19.

El balcón de la Casa de la Villa ha vuelto a convertirse, como cada año, en el punto desde el que abrir las fiestas en honor al patrón de la ciudad. Ha sido un pregón en el que el actor, cántabro de nacimiento –de Torrelavega–, ha repasado los lugares de la ciudad vinculados a momentos importantes de su vida y de su trayectoria profesional. Su hogar desde los tres meses en Sainz de Baranda. Los juegos en la Casa de Fieras del Retiro durante horas. El colegio en el barrio del Niño Jesús. La mudanza a la calle José Marañón de Chamberí. Y cómo no, los cines de la calle Fuencarral en los que seguramente decidió a qué iba dedicar por completo su vida. El Paz, los «Roxys», el Proyecciones, el Bilbao, los minicines... y el Café Comercial o la Cafetería Santander. La carrera en la Complu, los partidos de rugby en la Ciudad Universitaria y las noches en Malasaña. Su primera película, Ópera Prima, que fue rodada en el corazón de la ciudad, como también ocurrió con sus series de mayor éxito, de Eva y Adán a Los Serrano y a Los ladrones van a la oficina.

En un pregón mecido por las campanas de la iglesia cercana («Ése es Bonilla, que me está boicoteando. Me cago en las campanas»), Resines ha querido destacar que lo mejor de la ciudad son los madrileños, a los que elogió como los principales artífices de que la capital sea el lugar más acogedor, sociable y generoso del país. Y ha invitado, entre bromas, al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, a pasarse por la casa de la Pasa y al conjunto de los madrileños a «tirar la casa por ventana, a armar la marimorena y a ser más chulos que un ocho». Pues eso, hagan caso al pregonero. Viva San Isidro.