El grave accidente de la M-30 que jamás sucedió (pero que podría ocurrir)

Son las 23:40 horas del pasado jueves. Las pantallas del Centro de Control de Túneles de Calle 30, en Méndez Álvaro, han detectado un accidente en el bypass sur de la M-30, concretamente en el tramo que une Marqués de Vadillo con la A-3. Hay tres vehículos implicados. Uno de ellos está volcado sobre el techo, el otro permanece volcado lateralmente y el último de ellos, pegado a la pared del túnel, está empezando a echar humo de forma alarmante. La situación se complica aún más: detrás de ellos se encuentra un autobús de la EMT con unos 50 pasajeros a bordo. Tras él, se ha formado la consecuente cola de retención.

Lucía Ruiz Ribero, responsable del Área de Explotación del Centro de Control, acaba de cortar todas las calzadas. Las barreras se han bajado de forma automática y nadie más puede llegar al punto del siniestro. Desde el mismo Centro también se ha reforzado la iluminación y la megafonía ya está avisando a los usuarios de la vía.

Los servicios de emergencia no han tardado más de cinco minutos en llegar. El sonido de las sirenas de la Policía Municipal es cada vez más perceptible. Así, se han sumado 45 efectivos del Samur, 40 de bomberos y 15 de Policía. Allí constatan que son tres coches los accidentados, sobre una calzada poblada de cristales rotos. Los agentes de intervención hacen una primera evaluación: por los indicios, parece que el primer vehículo ha perdido el control, propiciando que los dos que iban detrás colisionaran entre ellos.

Antes, hay un problema no menos importante: el humo que despide el primer vehículo cada vez es más denso. No solo hay un incendio, sino que podría desencadenarse una explosión. Afortunadamente, los bomberos están listos para apagarlo. Además, los túneles de ventilación también están haciendo su trabajo.

En cuanto a los heridos, suman un total de seis: los del primer vehículo presentan dolor cervical; los del segundo, uno sufre de un politraumatismo de cabeza y espalda y otro, un traumatismo craneoencefálico y un ataque de ansiedad; y los del tercero, los del vehículo volcado, ambos presentan politraumatismo craneoencefálico, uno de ellos grave. Además, ambos están atrapados.

La fortuna empieza a sonreír un poco: casi en el punto del accidente se encuentra una de las salidas de emergencia que conduce a un «tunel paralelo», desconocido para la inmensa mayoría de conductores. Allí, el Samur ha montado en cuestión de muy pocos minutos el hospital de campaña, donde están atendiendo a esas 50 personas que iban en el autobús. Una de las jóvenes empieza a sufrir un ataque de ansiedad...

Todo ha acabado con un fuerte aplauso para los presentes. Pero el final, esperamos que feliz, de esta desgraciada historia, está todavía por escribirse. Aparte de periodistas, mucha gente con carpetas y bolígrafos apuntaba todo lo que veían y oían en la zona del siniestro. El Centro de Control de Túneles también ha tomado buena nota de un simulacro que se realiza de forma anual y del saldrán recomendaciones para evitar futuros accidentes, estos sí, de verdad.

«Escenificamos todas las posibilidades reales que puedan existir. Cuanta mayor complicación, más capacidad de aportar soluciones y resolver la situación», afirma a LA RAZÓN Rosalía Gonzalo, consejera delegada de Madrid Calle 30. «En cualquier incidente que se produzca, garantizamos la evacuación en el menor tiempo posible», dice por su parte Enrique López Ventura, director general de Emergencias y Protección Civil. Ambos estuvieron presentes en un simulacro que contó con el alcalde, José Luis Martínez-Almeida; el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y la delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz, entre otros. El año que viene, se producirá un nuevo «accidente» en los túneles. Y posiblemente, aún más complejo, con el objetivo de poner a prueba los «reflejos» de nuestros servicios de emergencia.