Sucesos

Desesperación en los agricultores de Madrid: “Si me siguen robando aceitunas voy a cometer una locura”

Preocupación en el sector por la oleada de hurtos de olivas por la inflación del aceite y la impunidad de los ladrones

“Si les pillan robando aceitunas, saben que no les va a pasar nada. Se llevan las olivas a plena luz del día en grupos de entre 4 y 6 personas”. El agricultor de 49 años Ángel Manuel Díaz siente “impotencia” por la oleada de robos de aceitunas en su pueblo, Brea de Tajo, situado en la comarca de Las Vegas, al sureste de la Comunidad de Madrid, la zona más afectada de la región por estos robos que se han disparado debido al aumento del 40% en un año del precio del aceite. “Desde el inicio de la temporada olivera en noviembre, me han robado entre 25.000 y 30.000 kilos de aceitunas de mi explotación que produce unos 200.000 kilogramos”. Manuel explica que “equivale a unos 20.000 euros, posiblemente mi beneficio”.

La enorme inflación del precio del aceite ha convertido las olivas en objetivos de los cacos. Mientras trabaja con su tractor vareando algunos de los 18.000 olivos que explota en 180 hectáreas, equivalente a 290 campos de fútbol, Manuel explica que “los robos siempre han sido testimoniales hasta esta temporada”: “Como mucho me robaban 1.000 kilos. Es una faena, pero no es una gran pérdida. Otros años no me quitaban nada. Ahora estoy desesperado”. El oro líquido es más oro que nunca. Manuel cuenta que “normalmente roban con dos vehículos: uno donde cargan la oliva y otro para vigilar”.

Los agricultores de olivas de la región denuncian que se sienten “indefensos”. Cuando la Guardia Civil detiene a los cacos, en pocas horas son llevados ante el juez y puestos en libertad con una multa por hurto que no pagan porque se declaran insolventes. Al igual que otros agricultores de Las Vegas, Manuel acusa de los robos “a los gitanos de la zona”. El director de la Unión de Cooperativas Agrarias Madrileñas (Ucam), Carlos Serrano, confirma a LA RAZÓN que “los hurtos han aumentado de forma importante y todas las noticias sobre el incremento del precio del aceite animan a los ladrones”.

Aunque Serrano admite que “el drástico incremento de los hurtos, no tenemos cifras”: “Sería muy difícil de valorar, deberíamos sumar todas las denuncias de los agricultores en los últimos meses”. A falta de datos oficiales sobre la cantidad sustraída a los agricultores de oliva madrileños, Manuel estima que “han robado 200.000 kilos de aceitunas sólo en la comarca Las Vegas”. “Con la falta de aceite en Andalucía y que no llega aceite de girasol de Ucrania por la guerra, hay un boom de robos de olivas”, explica Manuel paseando entre los olivos que alquila pagando “un kilo de aceitunas por olivo a los dueños, la mayoría gente jubilada”.

Ante la impunidad de los ladrones, Manuel cuenta que “si esto sigue así voy a acabar cometiendo una locura”: “Tengo miedo de hartarme un día y pegarle un tiro con mi escopeta a algún ladrón que pille por aquí. Tengo un hijo de un año y trabajo todo el día en el campo. Esta gente nos roba, les sueltan y vuelven a robarnos”. Mientras acudía este jueves al cuartel de la Guardia Civil en Fuentidueña de Tajo, un pueblo cercano, a poner su cuarta denuncia por hurto en dos semanas,

Manuel es alertado por compañeros agricultores que le han vuelto a robar olivas: “Han visto más olivos destrozados. Me robaron el martes y ahora me avisan de otro robo en mis olivares”.

Olivos de Brea del Tajo.
Olivos de Brea del Tajo.Jesús G. FeriaLa Razon

La enorme extensión de los olivares complica la vigilancia de la Guardia Civil y de los propios agricultores que están alerta para evitar más pérdidas a poco más de un mes del final de la temporada de la oliva. A través de un grupo de WhatsApp, los agricultores de Las Vegas mantienen el contacto para avisar cuando ven a los cacos o averiguan nuevos hurtos al descubrir ramas destrozadas. “Ellos dan golpes a diestro y siniestro destrozando el olivo para que caigan las olivas lo más rápido posible y largarse”. La brutalidad al robar las aceitunas de los ladrones provoca ramas rotas y olivos que sufren tuberculosis. La tuberculosis de un olivo se detecta porque les salen en las ramas pequeños bultos negros de forma irregular: “No sólo nos roban la producción de este año, también pone en riesgo la de los próximos años. Las ramas que salen este año dan aceitunas el siguiente”.

“Los políticos deben hacer algo”

A los problemas derivados de la sequía, filomena y el aumento de los costes de producción, se suman ahora los hurtos de estos asaltantes de olivares. La Comunidad de Madrid tiene un total de 27.000 hectáreas de olivar, la mayoría concentradas en el sureste de la región. Cipriano Guillén, agricultor de 44 años de la Cooperativa Aceitera de Arganda del Rey, explica que “la producción de un olivo de Madrid produce unos 10 kilos de olivas y uno de Jaén 100 kilogramos”.

Desde que comenzó a trabajar en el campo cuando era niño, Manuel no ha vivido nunca una ola de robos de este calibre: “La Guardia Civil nos dice que no pueden hacer más y que el sistema judicial no funciona. Los políticos deben hacer algo”. El artículo 234 del Código Penal señala como hurto leve “si lo sustraído no excediese los 400 euros”. Manuel cuenta que “los ladrones saben que si es menos de 400 euros es hurto menor”: “Cuando estaba a 30 céntimos el kilo de oliva, apenas nos robaban. Ahora en una mañana me roban 600 kilos de aceituna. Al estar aproximadamente a un euro el kilo de oliva en las almazaras, estos 600 kilos valen más de 400 euros. Sin embargo, al ser varias personas se divide y les acusan de hurto menor. Les requisan los coches, pero les da igual. Salen con una multa que no pagan y otra vez a robarnos las aceitunas”.

La aceituna señuelo para frenar la ola de robos

Ante la oleada de robos de olivas en la Comunidad de Madrid por la inflación del precio del aceite, el agricultor de Brea de Tajo, Ángel Manuel Díaz, está buscando en internet aceitunas señuelo para localizar a los productores de aceite que están comprando a los ladrones su producto. “Estoy esperando la respuesta de la empresa andaluza Agrosecurity para comprar aceitunas de mentira con un GPS. Así podré saber qué almazaras están comprando las olivas robadas”, cuenta este agricultor madrileño de 49 años natural de este pueblo en la comarca Las Vegas, al sureste de la región.
Harto de que “no haya un castigo para esta gente”, Manuel quiere poner en marcha este sistema de seguridad que le permita saber en qué fábrica de producción de aceite terminan sus olivas. “Se cuelga con una pequeña pincita que no se ve y cuando le das un palo se cae. La idea es ir a la almazara y decirle al dueño: ‘O me cuenta quién le ha vendido estas aceitunas o le meto a usted un paquete´. Así tal vez asustemos a los dueños de las almazaras, evitemos que los ladrones encuentren compradores y se reduzcan los robos”, contaba Manuel este jueves antes de identificar en el cuartel de la Guardia Civil en Fuentidueña de Tajo a varios cacos en fotografías mostradas por los agentes.
Hace unas semanas, la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA) advertía a los agricultores de toda España del aumento de robos de aceitunas: “Las denuncias son solo la punta del iceberg porque no todos los afectados están denunciando”, indicaba el presidente de ASAJA, Francisco José García. ASAJA calcula que el precio en origen del aceite subió más del 20% en 2022, hasta una media de 3,48 euros el litro. El director de la Unión de Cooperativas Agrarias Madrileñas (Ucam), Carlos Serrano, explica que “es necesario actuar sobre el origen de estos robos”: “Los puestos que compran más barata una aceituna sin control, sin trazabilidad y sin factura. Los perjudicados no son solo los agricultores sino toda la sociedad”.
Olivos y agricultura en Brea del Tajo.
Olivos y agricultura en Brea del Tajo.Jesús G. FeriaLa Razon

“No se robarían aceitunas si todos cumplieran la ley”

“Si se roban aceitunas es porque algún productor de aceite en Madrid u otras comunidades se las compra”, cuenta Cipriano Guillén, agricultor de 44 años la Cooperativa Aceitera de Arganda del Rey. Guillén explica que “no se robarían aceitunas si todo el mundo cumpliera la ley”. Pese a que detener a los ladrones no evita que vuelvan a robar, el director de la Unión de Cooperativas Agrarias Madrileñas (Ucam), Carlos Serrano, expresa que sus denuncias ante las autoridades y los medios de comunicación están dando sus frutos: “La acción del grupo ROCA de la Guardia Civil se está empezando a notar”.