Piscinas

Así era la piscina en forma de barco que había en el Manzanares: con playa, balneario y zonas deportivas

Se trataba de un barco gigante varado en la mitad del Manzanares

Imagen del río Manzanares en Madrid
Imagen del río Manzanares en MadridLARAZONLARAZÓN

Debajo de muchas construcciones actuales se guardan restos de edificaciones o monumentos que marcaron la historia de España. Aunque muchos de ellos ya no son visibles, su recuerdo sigue vivo entre la población, que visualizan lo que era la vida por aquel entonces. En este caso, Madrid se ha visto en vuelta en un cambio urbanístico que ha sepultado innumerables relatos que solo viejas memorias lograrán recordar.

A lo largo de su historia, el río Manzanares siempre ha tenido un papel fundamental, puesto que su agua, es una de las mejores del país. Sin embargo, más allá de este recurso vital, el río principal de la capital llegó a ser el centro de ocio más solicitado entre los madrileños de la época. Ahora, solo queda el recuerdo de esta construcción.

El club social de los madrileños

En 1932, apareció el proyecto conocido como "la piscina de La Isla", una especie de isla artificial en el centro de un río formado por un edificio que albergaría una piscina artificial, que finalmente se convertiría en una de las más exclusivas del territorio nacional. Para su diseño, Luis Gutiérrez Soto experimentó con nuevas técnicas y materiales, pero tomando como referencia el Club Náutico de San Sebastián.

Fue en 1939, ya casi acabando la Guerra Civil Española, cuando uno de los lances del frente, impactó en el mismo puente del barco y destrozó el edificio. En 1954, el avance urbanístico demolió completamente lo que sería uno de los clubes sociales más solicitados de la península. A pesar de que fue reconstruida, en el río se abrió una presa que hizo desaparecer los islotes, dejando vivo el recuerdo de lo que era 'La Isla'.

Vista externa de La Isla
Vista externa de La IslaRTVE

La isla y playa de Madrid

En esta isla con forma de barco había hasta tres piscinas, la de proa, popa y una cubierta en el interior, cuyo agua filtrada, provenía del propio Manzanares. El buque era todo lujos para la época, puesto que albergaba: un salón de baile, un restaurante, gimnasio y solárium, que podía mantenerse gracias a su titularidad privada. Los precios no eran tan asequibles como ocurría en 'La Playa' de Madrid, que algunos llamaban "el charco del obrero".

Más allá de las piscinas, el río Manzanares era la zona de baño por excelencia en la capital, con varias zonas acondicionadas cercanas al Puente de los Franceses, donde pescaban y lavaban la ropa. Ahora, nadie se baña y lo más parecido a lo que había en los años 40 y 50, es el conocido 'Madrid Río'.