
Asamblea
Ayuso estalla en la Asamblea contra la “locura” socialista y sus “caniches”
Espinar acusa a la presidenta madrileña de “chantaje sanitario” y ésta responde con una defensa encendida del sistema madrileño y el Grupo Quirón

Después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se explayase ayer en el Congreso en su ofensiva contra la sanidad madrileña, la portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Mar Espinar, hizo de caja de resonancia y reprodujo la sarta de reproches en la Cámara madrileña. Espinar hizo un diagnóstico demoledor sobre la situación sanitaria madrileña y centró buena parte de sus críticas a las derivaciones que se hacen de la pública a la privada, que encendió los ánimos y llevó a la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, a devolver el golpe con un discurso áspero con acusaciones a los socialistas de comportarse como “caniches”.
Espinar arrancó su intervención denunciando la situación de quienes rechazan ser derivados a centros privados. “Si rechazan esa prueba ustedes les penalizan con meses extra de espera”, reprochó desde el escaño. Según la diputada socialista, el Gobierno regional “impide abrir el turno de tarde en los hospitales públicos por falta de financiación, pero manda a los madrileños a las cinco de la mañana a una resonancia en un hospital privado”
Su mensaje se centró también en la idea de infrafinanciación del sistema público para empujar a la ciudadanía hacia la privada, pero el enfrentamiento subió de tono cuando Espinar aludió a los errores detectados en pruebas de cribado de cáncer colorrectal, donde dijo que casi 600 madrileños recibieron resultados incorrectos. “Ustedes lo llaman incidencia, nosotros lo llamamos por su nombre: negligencia”, dijo.
Remató con una enumeración de lo que calificó como los “ruidos” habituales de la presidenta: “Al grito de ‘puteros, cocaínoma, ETA, Venezuela’ esconde la fiesta diaria en su club privado del ático que pagamos todos”. En su ofensiva, Espinar sostuvo que “la codicia” del Gobierno regional está “destrozando lo público y poniendo en riesgo la democracia” y advirtió a Ayuso de que “se le acabó la fiesta”.
Pero Ayuso no se amilanó y pasó rápidamente al ataque frontal para defender "la mejor sanidad pública de España". “Esto no es una junta de accionistas, aquí no hay clientes”, replicó, antes de acusar al PSOE de “pisotear la dignidad de las personas” y de construir un discurso basado en falsedades. Señaló directamente a los socialistas por lo que considera una campaña de acoso político y mediático: “No se metan con la prensa libre, con los parlamentos, ni con las encuestas. Sigamos por ese camino… así les va”.
La presidenta acusó al Gobierno central de haber recortado “a la mitad” el presupuesto destinado a las comunidades y cargó contra su gestión audiovisual: “Han activado Televisión Española con productoras afines que se lucran mientras activistas triplican su salario”.
Pero el momento más duro llegó cuando Ayuso defendió con vehemencia a los hospitales. Arremetió contra lo que describió como “insultos a empresas y trabajadores” y aseguró que la oposición desprecia a los profesionales sanitarios de la Fundación Jiménez Díaz, el Rey Juan Carlos de Móstoles, la Infanta Elena de Valdemoro o el Hospital de Villalba. “Insultan a 45.000 trabajadores”, lamentó. “El mejor grupo sanitario de España (Quirón) tiene que soportar las iras de este gobierno y de todos los caniches que tiene por debajo”, dijo refiriéndose a la ofensiva sanitaria del Gobierno de Pedro Sánchez.
La presidenta utilizó además comparaciones con Cataluña para defender su modelo, subrayando que muchos hospitales en aquella comunidad también están gestionados bajo fórmulas público-privadas, varias de ellas vinculadas al grupo Quirón. Aprovechó para denunciar lo que considera una doble vara de medir en el PSOE: “Los ministros socialistas entran por la puerta de atrás, en coche oficial, para ir a tratarse a la privada. Son unos caraduras”.
Ayuso concluyó acusando a la oposición de “insultar, nunca proponer, buscar culpables y levantar muros”. “Son lo más autoritario que ha tenido España en democracia (…) Su locura”, concluyó, entre aplausos de su bancada.
Los socialistas protestaron por la "descortesía parlamentaria" de que se llamara "caniches" a los diputados socialistas, pero el presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio, quitó hierro al asunto aludiendo a que "hoy es el día de la bondad y empatía...Los caniches son perros entrañables".
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