Sostenibilidad

Una IA contra el desperdicio de comida en colegios

El Ayuntamiento de Las Rozas lleva a cabo una prueba piloto en tres centros educativos. A medio plazo, la reducción podría estar entre el 30 y el 40%

La Plataforma ha analizado más de 2.000 menús
La Plataforma ha analizado más de 2.000 menúsLas Rozas Innova

Alrededor de un tercio de la comida de los colegios acaba en el cubo de la basura. No hay un estudio científico que levante acta notarial al respecto, pero esa es la estimación realista que hacen desde la startup Neto Positivo. La muestra, tres colegios del municipio madrileño de Las Rozas. Ahora bien, ¿es posible reducir ese desperdicio hasta un 50% en un plazo de cinco años?

Esa es precisamente una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Recientemente, el Gobierno central ha aprobado, y publicado en el BOE, la Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, que nace como «freno» a este derroche en toda la cadena alimentaria: desde los productores primarios, pasando por la cosecha y recolección, y hasta los consumidores finales, tanto en hogares como en bares y restaurantes.

Adelantándose a la tendencia, el Ayuntamiento de Las Rozas, presidido por José de la Uz, y de la mano de Las Rozas Innova, puso en marcha el pasado mes de noviembre un proyecto piloto y pionero: Plato Limpio. Se trata de una iniciativa desarrollada por la startup Neto Positivo en la cual la Inteligencia Artificial mide, analiza y finalmente ayuda a reducir el desperdicio alimentario que se produce a diario en los comedores escolares. Para la prueba, tres centros se han presentado voluntarios: Los Peñascales, el Colegio Zola y el Colegio Europeo de Madrid.

Más de 2.000 menús

¿Cómo funciona la app? Previamente, los centros educativos han recibido una formación sobre el uso de la plataforma, bautizada como reducefoodwaste.io y han contado con un acceso personalizado a la plataforma. Como explica a LA RAZÓN Ignacio Escolano, CEO y fundador de Neto Positivo, a la plataforma se le ha introducido la información del menú de cada centro. De forma diaria, se le suministran fotos de cada de una de las bandejas de los alumnos. «Con un margen de error que va del 5% al 8%, la app identifica la comida y el peso», señala Escolano. Próximamente, esperan poder contar con «bandejas inteligentes» que, a través de sensores, puedan aportar la misma información sin necesidad de tener que hacer fotografías. Desde su puesta en marcha, la plataforma ya ha analizado 2.150 menús de los tres colegios.

El Colegio Zola es uno de los que han querido sumarse al proyecto de Plato Limpio
El Colegio Zola es uno de los que han querido sumarse al proyecto de Plato LimpioColegio Bilingüe Zola

Así, en una primera fase, de noviembre a febrero, la plataforma ha recogido y analizado los datos obtenidos en cada uno de los comedores. Y desde el pasado febrero, se ha iniciado una «segunda fase» en la que se están implementando mejoras en la tecnología –como los ya mencionados sensores, entre otras–, además de avanzando en la formación y sensibilización con el desarrollo de una plataforma de aprendizaje on-line y de recursos, descargable para su uso en las aulas.

Los datos de la app servirán para «optimizar» los menús, permitiendo a cada centro saber qué días y con qué platos se genera más desperdicio. Además, como explica Escolano, la Inteligencia Artificial permitirá realizar «análisis predictivos» de los desperdicios, como identificar su huella de carbono.

Sin embargo, la principal herramienta que puede ayudar a reducir el problema es la labor de sensibilización. «Estamos creando conciencia en torno a la alimentación y al desperdicio», explica a este diario Patricia Barranco, directora del Colegio Zola de Las Rozas. «El primer acto tiene que ser individual. Y no puede quedarse solo en el centro escolar», añade. No, en vano, «el pilar de Responsabilidad es clave dentro de nuestro Modelo Educativo Zola».

Para ello, las herramientas tecnológicas se antojan fundamentales. «De una manera muy rápida, la IA nos permite identificar puntos de muestra que, para nosotros, son como hitos a la hora de tomar decisiones logísticas o de organización de las comidas», señala Barranco.

Ignacio Escolano tuvo la idea de desarrollar Plato Limpio después de trabajar en el plan estratégico de sostenibilidad del Colegio Europeo de Madrid. Fue ahí cuando se dio cuenta de que, en general, los centros escolares desconocen cuántos desperdicios de alimentos generan. «Mientras reducimos el desperdicio de alimentos en nuestros comedores, enseñamos a nuestros alumnos la importancia de ser responsables con el medio ambiente. Es una forma innovadora de integrar la sostenibilidad y la tecnología en su educación, promoviendo un uso responsable y fomentando un cambio real desde las aulas», señala Marta Pérez, directora del Colegio Europeo de Madrid. Y es que el plan presentado por Neto Positivo al Ayuntamiento de Las Rozas se complementa con la formación a alumnos y profesores, de forma que sean conscientes de la huella de carbono o el agua que se gasta, entre otras cuestiones.

Los objetivos: Escolano calcula que, en un año, los centros experimentarán una reducción de los desperdicios de entre un 10 y un 15%. Y hay «posibilidad de mejora». Si se aplica la estrategia de forma integral, la bajada más a largo plazo puede estar entre el 30 y el 40%. «Al cabo de cinco años, los comedores podrían ver una reducción del 50% de los desperdicios», señala.

Hub de innovación

Para el alcalde de Las Rozas, José de la Uz, «Plato Limpio es un ejemplo de cómo desde Las Rozas Innova conectamos, acompañamos y apoyamos a los emprendedores para ayudarles a probar, validar y escalar sus proyectos, convirtiendo la ciudad en un laboratorio urbano de innovación». Hay que recordar que este «hub» constituye el Centro de Emprendimiento e Innovación de Las Rozas Innova, empresa pública del consistorio, creada hace tres años y que ya cuenta con una comunidad formada por 50 startups y empresas.

Entre ellas, Neto Positivo. La empresa ya ha contactado con otros ayuntamientos, también de fuera de la Comunidad de Madrid, para que se sumen al proyecto de Plato Limpio. Porque los comedores escolares son sólo el principio. El colectivo de hospitales y el de las residencias de ancianos, si bien es verdad que cuentan con «casuísticas muy distintas», suponen otros de los sectores en los que ya investigan la posibilidad de implementar herramientas similares.