
Educación
Ebau: en martes y con un nuevo calendario en el examen de asignaturas
Más de 450 especialistas en 27 materias de todas las autonomías tratarán de buscar un nivel de exigencia parecido a partir del curso que viene

Ni Ebau única, ni Ebau común, aunque sí algo más armonizada a nivel organizativo y de estructura. La nueva prueba de acceso a la universidad, que ahora recibe el nombre de PAU, empezará en Madrid un martes (hasta ahora había arrancado en lunes) y acabará un viernes, aunque se extenderá hasta el sábado por la mañana para las incidencias y para examinar a aquellos alumnos a los que les coincidan los exámenes de dos optativas el mismo día y a la misma hora.
Así, el nuevo modelo de PAU que se estrena este año empezará el próximo día 3 de junio en todas las autonomías gobernadas por el PP, en su afán de unificar la prueba, solo que en Madrid, aunque se ha intentado organizar en tres días, durará cuatro (hasta el viernes 6 de junio y el sábado para incidencias y coincidencias) «porque examinamos a 40.000 personas y no nos caben los exámenes de todas las materias en solo tres días», explica a LA RAZÓN Rosa de la Fuente, presidenta de la comisión que organiza la PAU en Madrid.
Orden de materias
Otra de las novedades organizativas a las que los alumnos tendrán que estar atentos es que los exámenes no seguirán el mismo orden de otros años. Por ejemplo, el martes día 3 de junio, los alumnos de Bachillerato de todas las modalidades se examinarán solo de Lengua y, por la tarde de Historia de la Filosofía. El miércoles será el día de la Lengua extranjera y, por la tarde, de la materia de Historia de España. Y no será hasta el jueves cuando los alumnos se enfrenten a la prueba de Matemáticas y otras asignaturas optativas.
Ortografía
Otros tres puntos a aplicar en todas las comunidades autónomas serán el límite de faltas de ortografía, el tipo de preguntas y la optatividad. La Comunidad de Madrid, al igual que el resto de autonomías, han acordado que en materia de corrección, se podrá quitar hasta dos puntos por faltas de ortografía en Lengua Española y Literatura y un punto en el resto de las materias de la siguiente forma: a primera incorrección ortográfica no se penalizará; cuando se repita la misma falta de ortografía se contará como una sola y a partir de la segunda, por cada falta se deducirán 0.25 puntos hasta un máximo de dos puntos.
Por errores en la redacción, en la presentación, falta de coherencia, falta de cohesión, incorrección léxica e incorrección gramatical se podrá deducir un máximo de un punto. En el caso de las asignaturas generales (excepto a Lengua Castellana y Literatura II, Latín II, Griego II y Lengua Extranjera II), la máxima deducción global en el ejercicio será de un punto de la forma siguiente: los dos primeros errores ortográficos no se penalizarán; cuando se repita la misma falta de ortografía se contará como una sola; a partir de la tercera falta se deducirá hasta un máximo de un punto y por errores en la redacción, en la presentación, falta de coherencia, falta de cohesión, incorrección léxica e incorrección gramatical se podrá deducir un máximo de medio punto.
Tipo de preguntas
Además se aplicará de forma común en toda España el tipo de preguntas. El acuerdo alcanzado es que las materias de carácter competencial a las que se tendrán que enfrentar los alumnos serán un máximo de un 20-25%. Se trata de preguntas en las que un estudiante no tiene que reproducir íntegramente un contenido, sino que se trata de poner en contexto lo aprendido y que reflexiones a partir de los conocimientos que ha adquirido demostrando su habilidad de conexión de ideas, pensamiento crítico...Para este tipo de preguntas no hay una sola respuesta, sino que cada alumno construye la suya tratando de aplicar lo que sabe, de tal manera que se valorará el proceso de razonamiento y la exposición del resultado.
La nueva PAU deja atrás el modelo Covid, con el que cada alumno podía hacerse un examen «a la carta» y elegir las preguntas que mejor se sabía. A diferencia de lo que ocurría en estos últimos años, ahora los alumnos tendrán que estudiarse toda la materia. Las Comunidades del PP se han decantado por la «optatividad intrabloques» de tal manera que se podrá elegir entre diferentes apartados de una misma pregunta. La comisión organizadora de la prueba en Madrid considera que esta fórmula es la que puede causar menor impacto en los alumnos para así evitar pasar de la máxima optatividad a ninguna y a la par cumplir la normativa estatal que regula la prueba.
Fuera de estas cuestiones «hay muy pocas cosas que se puedan armonizar este año. Seguimos trabajando en acuerdos mínimos y seguiremos haciéndolo en contenidos y estructuras», explica De la Fuente.
Al margen de estas cuestiones de organización y corrección de la prueba en las que se ha conseguido una mayor armonización, resulta imposible que todos los alumnos de España se examinen de los mismos contenidos. Es precisamente el nudo gordiano de la prueba al que hay que dar respuesta si se pretende llegar a una prueba de acceso a la universidad común. Las competencias en educación las tienen las comunidades autónomas y, aunque el 60% de lo que estudian los alumnos lo marca el Ministerio de Educación y FP, el 40% lo deciden las autonomías, un porcentaje que en las Comunidades con lengua propia llega al 50%. De esta manera, cada comunidad autónoma tiene un currículo diferente o hay contenidos que se estudian en unas regiones y en otras no. «Qué entra en cada examen está determinado por lo que dicen las normas de las comunidades autónomas, por eso es muy difícil hacer un examen único», añade la presidenta de la comisión que organiza la PAU en Madrid.
Contenidos
El aspecto más espinoso de la prueba tratará de resolverse a partir del próximo año cuando 27 personas (un especialista por cada materia) de cada comunidad autónoma, trabajarán en comisiones para armonizar la prueba a nivel de contenidos, enfoque competencial y optatividad a la hora de responder las preguntas de la prueba de acceso a la universidad. Esto significaría que más de 450 personas trabajarán en toda España en busca de una prueba lo más parecida en toda España. Según De la Fuente, «habrá un momento en que el nivel de exigencia en la prueba llegue a ser parecido pero aún hay mucho que negociar y acordar».
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