Medio Ambiente

Estas son las medidas sostenibles de Cibeles en las obras de Madrid

El Ayuntamiento de Madrid da cuenta hoy de las medidas que se han tomado respecto al asfaltado, luminarias y arbolado

Última "operación asfalto", realizada el pasado agosto
Última "operación asfalto", realizada el pasado agostoAgencia EFE

Frente a las acusaciones de «negacionismo» por parte de la izquierda municipal, el Ayuntamiento presidido por José Luis Martínez-Almeida defiende la puesta en marcha de medidas también en lo que se refiere a una de las actividades más recurrentes en la ciudad: las obras. Así, el Área de Obras y Equipamientos, con Paloma García Romero al frente, responderá hoy a preguntas de la oposición, en la Comisión del ramo, sobre las medidas que se están adoptando al respecto: reducción de residuos, uso de materiales sostenibles y reciclados, optimización de la eficiencia energética... De hecho, desde Cibeles afirman que no sólo se trata de medidas para «reducir el impacto en el medio ambiente», sino que también se están «regenerando» espacios «mediante su naturalización».

Así, en los proyectos de remodelación se prevé un «aumento sustancial» de la vegetación y el ajardinamiento de las calles y espacios públicos, gracias a la utilización de especies de bajo consumo hídrico. Por otro lado, se está incorporando la plantación del «máximo número de árboles» que permiten los espacios consolidados, tanto en lo que tiene que ver con la existencia de infraestructuras subterráneas como de las dimensiones de la calle. De esta forma, se espera que, de forma progresiva, se extienda la cobertura vegetal del espacio público, «que es uno de los factores más determinantes en la lucha contra el cambio climático». En este sentido, solo el Área de Obras y Equipamientos plantó, durante el pasado mandato, más de 6.000 nuevos árboles en numeras remodelaciones.

La presencia del agua es otro de los puntos en los que se está trabajando. En la mayor parte de los proyectos de espacios estanciales se intenta introducir el agua como agente mitigador de los efectos de las altas temperaturas derivadas del cambio climático. Por un lado, a través de la incorporación de fuentes de beber en todas las calles y plazas que se remodelan y por otro, con la inclusión de fuentes ornamentales con láminas de agua y distintas formas de difusión que permiten también reducir la sensación térmica.

La iluminación es otro de los factores clave. En todos los proyectos de remodelación integral de vías y espacios públicos se está renovando el sistema de alumbrado instalando luminarias con tecnología «led» de alta eficiencia energética y reguladores que permiten una reducción del consumo de energía eléctrica «cercano al 50%». Las mismas técnicas de ahorro energético se realizan en los nuevos sistemas de tecnologías de regulación del tráfico, como semáforos, señalización variable, etc.

Desde Cibeles recuerdan que, el pasado año, se puso en marcha un nuevo contrato de conservación y mantenimiento del alumbrado público. El resultado, una renovación a «led» de alrededor de 35.000 luminarias, lo que equivale a haber renovado el alumbrado público completo de ciudades como Burgos o Granada. Estas sustituciones permiten, añaden, no sólo instalar equipos de menor potencia y mayor eficiencia energética, sino también ajustar el nivel lumínico en función del tramo horario. Su vida útil, sin tener que proceder a la sustitución, supera los diez años.

En cuanto a los equipamientos, los pliegos de las licitaciones de obra han ido incorporando requisitos para minimizar la demanda energética de los edificios y de sus instalaciones. Entre otros requisitos, están la obligación de incluir en los edificios, cuyo consumo de energía agregada anual estimada supere los 300 Meh, un sistema de monitorización del consumo energético.

En cuanto al asfaltado, una de las obras indispensables en la ciudad, el Ayuntamiento señala que la «operación asfalto» de 2023 ha supuesto la utilización de alrededor de 75.000 toneladas de materiales de los que buena parte son mezclas asfálticas más sostenibles, frente a las mezclas en caliente tradicionales. Así, se trata de «mezclas bituminosas semicalientes», cuya fabricación y puesta en obra se realiza a una temperatura de unos 30ºC inferior a las mezclas en caliente. Una de las principales ventajas, explican, es que en su fabricación se reducen las emisiones de gases contaminantes, como el CO2 y el SO2, y los compuestos orgánicos volátiles. Además, se reduce la exposición de los trabajadores a humos, hidrocarburos y olores.

En esta campaña se utilizan unas 40.000 toneladas de mezclas bituminosas semicalientes que se están extendiendo sobre una superficie de 335.600 m2 –un 53 % del total de la superficie asfaltada– lo que permitirá dejar de emitir a la atmósfera un total de 177 toneladas de dióxido de carbono.

En un tercio de la superficie, por otro lado, se están utilizando mezclas fabricadas con betunes modificados con polvo de caucho reciclado de neumáticos. Son unas 8.000 toneladas de mezclas, lo que supone la reutilización de 37.000 neumáticos fuera de uso que han alcanzado el final de su vida útil.

Hay que destacar también la pavimentación de las aceras a través de pavimentos drenantes, «en la mayoría de los casos superando las determinaciones de la Ordenanza de Gestión Eficiente del Agua». Estos pavimentos permiten la infiltración de parte del agua de lluvia al terreno y su laminación a las depuradoras, lo que redunda en una mayor resiliencia frente al cambio climático y una reducción sustancial del efecto «isla de calor».

Por último, algunos ejemplos sobre los tratamientos «descontaminantes» sobre diferentes pavimentos de la capital serían las calles de Arenal y Montera. En este caso, se emplea un proceso «fotocatalítico». La fotocatálisis es una reacción química de oxidación, en la que una fuente de luz –natural o artificial– activa un catalizador (usualmente dióxido de titanio) en presencia de oxígeno. Esta reacción propicia la formación de nitratos, reduciendo «total o parcialmente la concentración de contaminantes en el aire».