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Los lunes de los alcaldes

Ismael de la Fuente, alcalde de La Cabrera (PP): «Con Más Madrid nos entendemos perfectamente, aunque parezca raro»

El regidor popular gobierna con mayoría absoluta desde 2023, pero dice que la crispación ha bajado en el pueblo, donde antes los plenos eran muy complicados, y que ahora cuenta con todos los grupos

Ismael de la Fuente, alcalde de La Cabrera, el 25 de junio en una terraza del ayuntamiento. Gonzalo Pérez PHOTOGRAPHERS

Ismael de la Fuente (La Cabrera, 1988) se metió en política porque pensaba que en el municipio donde nació y creció, de unos 3.000 habitantes (el INE lo cifra en 2992 pero el último censo, según el alcalde, en 3100), se «gestionaba muy mal el deporte», «no se le daba la importancia». Y de la Fuente, que presidió el club de fútbol del pueblo, era muy «pesado» haciendo peticiones: equipos federados, instalaciones, etc. Entonces su primera incursión en el consistorio fue de la mano del Partido Popular (PP) en 2011 como concejal de Deporte, Juventud y Festejo. En 2019 lo dejó porque se cansó, y se centró en la empresa inmobiliaria que había montado. En 2023 regresó para las elecciones, después de que le preguntara el equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, si estaba dispuesto, y las ganó con mayoría absoluta. Ahora dice que ha bajado la crispación en el municipio y que su compromiso era «contar con todos» los grupos. Afronta una época en la que ya no hay casi vivienda libre en el pueblo, un problema que va a intentar atajar con la construcción de viviendas de alquiler asequible de la Comunidad de Madrid y con otro proyecto que todavía no se ha iniciado. Todo esto en un municipio cuya población ha aumentado en más de 500 personas en 10 años y que genera problemas de limpieza y mantenimiento, sobre todo en periodo estival. «Potencialmente en verano llegamos a los 8.000. Es una barbaridad», cuenta de la Fuente en su despacho del ayuntamiento.

¿Qué se tuvo que hacer para adaptarse a esos cambios de población?

Contratar más gente, mejorar los servicios municipios. Invertir todo el dinero que teníamos. Es verdad que somos un ayuntamiento saneado, tenemos una economía muy buena. Hemos tenido un remanente de tesorería importante que te deja invertir para mejorar las infraestructuras del municipio. Y lo que estamos haciendo desde que estoy de alcalde es aprovechar ese remanente para mejorar las instalaciones y tener unos ahorros municipales. ¿Qué nos estaba pasando anteriormente? Pues que se iban arreglando las urgencias y no se acometían reformas o infraestructura nuevas con un ahorro energético, con un ahorro en los suministros. Que eso es lo que nos condena a los municipios.

¿Y con esa subida de población cómo está el problema de la vivienda? ¿Hay algo libre?

Aquí hay muy poca, o casi nada. No es un problema solo de La Cabrera, es un problema de toda España. ¿El problema que tenemos ahora mismo es que los precios no son los justos en relación con el valor del suelo en el que estábamos y demás? Pues es que el precio… yo soy muy liberal en esto: lo marca el mercado. Y es verdad que cuanta más vivienda generemos, los precios serán mejores para poder comprar, sin ninguna duda. El problema que tenemos aquí en La Cabrera es que hay unas restricciones por el entorno en el que estamos, que hacen que podamos crecer un poco más, sí, pero solo un poco. En nuestro planeamiento urbanístico —aunque estemos todavía con unas normas subsidiarias del 96—, ahora mismo solo podríamos crecer en una zona del municipio. Entonces tampoco sería un desarrollo muy importante porque no serían muchas viviendas. Como Ayuntamiento hemos solicitado la subvención para viviendas de alquiler asequible de la Comunidad de Madrid, que ha sacado la Consejería de Presidencia con el proyecto «Pueblos con Vida», para construir cuatro viviendas de alquiler asequible para gente joven del municipio. Y si no pasa nada, espero que nos la den. Ya nos hicieron un requerimiento y pinta bien en esa subvención. También tenemos otro proyecto muy bonito en la fábrica de Fonsana —una parte de ella— para poder hacer unas viviendas ahí. Lo hemos comentado con la Comunidad de Madrid, y ojalá podamos hacerlo, porque sería un proyecto muy bonito. Y, sobre todo, paliaríamos un poco la falta de vivienda que tenemos en el municipio.

¿Y de esas viviendas, se ha iniciado algo?

No. Hemos hecho un anteproyecto, tenemos una idea que estamos trabajando con tranquilidad con el equipo de la Comunidad de Madrid, que seguro que nos ayuda. Estamos pendientes de si es viable urbanísticamente o no. Estamos en unos pasos previos. Ojalá, con el tiempo, se pueda hacer. En esta legislatura seguro que no, pero ojalá se pueda hacer.

¿Qué objetivo prioritario tenía para esta legislatura?

Aparte de la vivienda —que es una necesidad que tenemos que cubrir y que es muy difícil cubrir—, el objetivo principal es mejorar el embellecimiento y las infraestructuras del municipio. Es lo que estamos intentando y ejecutando. Ahora mismo estamos llevando a cabo tres obras importantes con fondos PIR: la cubierta de las pistas de pádel, una pista de baloncesto urbana y también un parque de barras o un «workout» (ejercicio) que estamos haciendo en la avenida del municipio. En el colegio hemos invertido más de 400.000 euros desde que soy alcalde. El instituto, por ejemplo, tenemos el compromiso de la Comunidad de Madrid para ampliarlo con seis aulas, y esperamos que esté también durante esta legislatura. Y el embellecimiento… Creo que tenemos una carencia en cómo está el pueblo visualmente, en cómo atrae al turismo, y también en el mantenimiento que se ha tenido durante muchos años. Venimos del COVID, venimos de Filomena, que dejó las calles destrozadas, el asfalto en muy mal estado. Hace diez días, aprobamos un proyecto de más de un millón y medio de euros para asfaltar más de 24 zonas del municipio, que esperamos ejecutar en 2026. Este proyecto incluye el embellecimiento de toda la avenida de La Cabrera —que es la avenida central del municipio— y de la entrada sur, donde vamos a hacer unas zonas verdes. Esa entrada es una parte bastante fea ahora mismo, con la basurera, el centro de carreteras, el hotel Mavi… Queremos embellecerla, dejarla bonita y acorde al entorno en el que estamos. También queremos mejorar los puntos de recogida de basura, que están en medio de la avenida y quedan muy mal visualmente. Ahora estamos centrados en ese proyecto, que es importante, y que, junto con todas las inversiones que se están haciendo en mejora de infraestructuras —como el colegio y demás— va a suponer un cambio importante en La Cabrera. Es el proyecto de mayor importe que va a ejecutar el Ayuntamiento de La Cabrera en su historia.

¿Y qué servicios le pueden faltar al municipio?

Pues es verdad que tenemos muchísima suerte. En La Cabrera tenemos el Centro cultural referente de la sierra norte, el Centro Comarcal de Humanidades Sierra Norte. Tenemos el centro de salud. Estamos muy bien servidos. Tenemos colegio, instituto, casa infantil… Como dotaciones gestionadas por el Ayuntamiento, estamos muy bien servidos. También tenemos aquí la oficina de turismo de la Sierra Norte. ¿Que nos falta? Un supermercado grande. Esa es una carencia. Y ahí no depende tanto del Ayuntamiento, sino de la inversión de terceros. Pero, si no pasa nada, esperamos que en los próximos meses esté. Se ha presentado un proyecto para instalar un supermercado, en una parcela particular. El Ayuntamiento ya ha aprobado el estudio de detalle. Estamos pendientes del informe del Ministerio de Transportes, que solo falta ese último. Ahí cubriríamos una carencia importante en servicios, porque es que La Cabrera ya no es un pueblo de 1.600 habitantes, ahora somos 3.100, y en verano potencialmente llegamos a los 8.000. Es una barbaridad. Ahí hay una necesidad real. En verano tenemos un camping, alojamientos turísticos… casi todos los municipios de alrededor vienen a La Cabrera. Y el mantenimiento y la limpieza me genera… no duermo, porque estoy preocupado por esto. Porque no podemos llegar a tener tanto personal como necesitamos. Porque es difícil atender 162 calles que tiene La Cabrera.

¿Y cómo se solucionan esos problemas de limpieza asociados a que crezca tanto la población en verano?

Al final, esto es dinero. Esto es: necesito más personal para mantenimiento en verano, o en invierno, pero claro, no quiero subir los impuestos a los vecinos y que el coste lo soporten ellos. ¿Cómo lo estamos haciendo para no repercutírselo a los vecinos en subidas de impuestos? Pues intentando generar ahorro en todas las instalaciones municipales y en el presupuesto municipal mediante inversión. Pero esto no se hace de la noche a la mañana.

¿El turismo llega a colapsar el municipio?

No, no llega a colapsarlo. Tenemos la suerte de que hay muchas opciones de turismo: de senderista que se toma un bocata; de lo mismo pero comiendo en un restaurante; opción de solo vengo a ver la plaza del pueblo, el convento, que es BIC… Está muy repartido.

¿Cómo es la relación con la oposición?

Buena, sí, yo tengo una relación buena. Somos totalmente transparentes. He estado en un gobierno como teniente de alcalde con una rivalidad muy complicada con Más Madrid y algunos independientes y PSOE, y eran plenos muy complicados, con mucha crispación. Eso llegaba a los vecinos. Mi compromiso cuando entré era contar con todos, aunque tuviésemos mayoría absoluta. Nosotros abrimos las puertas a todos los partidos, a lo que quisiesen colaborar podían colaborar. Es verdad que PSOE no colabora, nos pregunta y tenemos buena relación con ellos porque somos transparentes. Más Madrid nos apoya muchas cosas, trabaja incluso con nosotros en el día a día. Y es verdad que con Más Madrid nos entendemos perfectamente, aunque parezca raro, pero el concejal de Más Madrid es del pueblo toda la vida, nos conocemos y tanto ellos como nosotros miramos por el municipio. El proyecto de un millón y medio de euros que acabamos de aprobar, lo hemos aprobado por unanimidad. La subida de la basura, la aprobamos por unanimidad. Antes de llegar los acuerdos al pleno, yo se los planteo a la oposición, me gustaría que estuviesen de acuerdo, si no lo están lo siento, pero tenemos buena relación y luego cada uno nuestro pensamiento e ideología. Eso es bueno para el municipio porque no genera crispación en los vecinos, que en un pueblo pequeño es muy complicado.