Patrimonio

Madrid: blindaje para la lujosa zapatería «fantasma» de Jorge Juan

Cibeles aprueba hoy un Plan Especial para proteger esta joya poco conocida de la arquitectura brutalista

Fachada del edificio situado en la calle Jorge Juan 55 de Madrid que próximamente va a declararse protegida por el Ayuntamiento de Madrid. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 20 12 2023
Fachada del edificio situado en la calle Jorge Juan 55 de Madrid que próximamente va a declararse protegida poAlberto R. RoldánFotógrafos

La ciudad de Madrid está poblada de edificios en torno a los cuales paseamos a diario sin tener en cuenta su incalculable valor patrimonial. Uno de los que ha pasado más desapercibidos, al menos hasta fechas recientes, se encuentra en el número 55 de la calle Jorge Juan, en el barrio de Salamanca. Su planta baja, sin uso desde hace 35 años, y antiguamente un proyecto de zapatería, es una joya del «brutalismo» arquitectónico: formas geométricas muy angulares para diseños minimalistas, con un uso de materias primas «desnudas». Basta ver su entrada para constatar su singularidad, con las «piezas» principales conformando una suerte de puzle.

Ahora, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprueba inicialmente el Plan Especial de protección y conservación de este local. Concretamente, el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, dirigida por Borja Carabante, ha impulsado este blindaje, a través de la Dirección General de Planeamiento. Y es que, tal y como explican desde Cibeles, en los últimos tiempos se han recibido numerosas solicitudes al respecto procedentes de instituciones públicas, colegios de arquitectura y arquitectos. De hecho, el local de Jorge Juan ha constituido un pequeño «mito» en el gremio. Y no por el edificio en sí, construido en 1910 y muy propio de la construcción residencial de principios de siglo XX , sino por su planta baja. De hecho, su divulgación entre arquitectos, debido a la condición del autor como profesor en una Escuela de Arquitectura, ha facilitado que el conocimiento de esta construcción haya trascendido.

Tras varias reformas a lo largo de su historia, es necesario retroceder mucho menos de un siglo: 1986. En aquel año, el arquitecto Francisco Alonso de Santos ejecutó una obra de reforma del local para instalar inicialmente una zapatería de lujo que constituiría un ejemplo del estilo brutalista antes mencionado, que tiene su origen en los años cincuenta del siglo XX. De este modo, llevó a cabo todo un objeto escultórico encastrado en el edificio, convirtiéndose además en una de sus pocas obras concluidas.

Sin embargo, ni la obra ni esa actividad comercial se llegaron a regular administrativamente ni a ponerse en uso. Dicho de otro modo, estamos ante una zapatería fantasma. Tras finalizar los trabajos en 1987, el local ha estado cerrado, sin actividad y sin transformación hasta la actualidad.

Así, el Área de Urbanismo ampliará los elementos para asegurar la conservación y protección integral del local, a través de la regulación de las obras que pueden acometerse tanto en su interior como en el exterior, así como el régimen de usos compatibles, y determinando de forma pormenorizada las medidas de protección. Y es que el local fue adquirido por compradores privados.

El expediente aprobado hoy por Cibeles dota al local, de 199 metros cuadrados, de la regulación normativa que permitirá su protección y, a su vez, hará «viable su funcionamiento como establecimiento comercial». Como explican desde el Ayuntamiento, se trata de un punto de interés merecedor de protección y conservación, «sin perjuicio de que puedan acometerse las obras necesarias para el desarrollo de actividades comerciales».

Esta nueva protección afecta a sus características espaciales, volumétricas y decorativas actuales tanto interiores como exteriores, incluyendo sus acabados, materiales y detalles, tales como los revestimientos y aplacados, pavimentos, falsos techos, mobiliario, carpinterías y cerrajerías. Por su parte, la fachada, las escaleras y el patio interior deberán ser restaurados de forma obligatoria para recuperar el estado descrito en el proyecto original de Alonso de Santos.

El expediente contempla las tres mesas circulares como parte consustancial del local. Por ello, para la implantación de cualquier nuevo uso, se deberá estudiar su integración. Además, la mesa ubicada sobre la escalera deberá permanecer en su ubicación original.

En lo que se refiere a las obras de conservación y restauración, se deberán emplear materiales y técnicas «iguales a las del elemento en que se actúe». Respecto a los trabajos de acondicionamiento, no podrán alterarse las características de los elementos catalogados. Y solo se permitirá la modernización de instalaciones para ajustarlas a normativa en materia de climatización, siempre que se ubiquen en los espacios previstos para ello en el proyecto original. También podrán autorizarse soluciones que supongan «la mínima intervención» sobre elementos protegidos para adecuarlos en materia de seguridad, utilización, accesibilidad y de protección contra incendios.