Madrid: los teatros municipales renuevan sus caras

Era uno de los «deberes» que había sobre la mesa de Marta Rivera de la Cruz, en su estreno como concejala de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento: la dirección de los teatros municipales. En lo que respecta a sus grandes banderas, ya cuenta con nombres propios. Alguno constituye una renovación, mientras que otros suponen una gran novedad.

En lo que respecta a estos último, Eduardo Vasco llevará la dirección artística del Teatro Español, mientras que Luis Luque hará lo propio con la Nave 10 de Matadero Madrid. Para el «coliseo» de la plaza de Santa Ana, que este año celebra su 440 cumpleaños –el teatro más antiguo de Europa con programación ininterrumpida–, Rivera de la Cruz ha apostado «por la experiencia y el buen hacer» de Eduardo Vasco. Su trayectoria en la dirección comenzó en 1992, completando un currículum con más de cincuenta obras: desde autores clásicos –Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Cervantes, Rojas Zorrilla, Shakespeare o Moliere– hasta contemporáneos –Cocteau, Ibsen, Chejov, Camus, Beckett, Orton o Müller–, con una especial atención a la escritura nacional. Su misión ahora será impulsar su tradición ligada a la calidad en la escritura dramática y la excelencia en los intérpretes, estrechando el vínculo con la literatura, el repertorio y los autores que han marcado cada época, con los clásicos universales y contemporáneos.

Por su parte, la Nave 10 de Matadero Madrid, ahora con Luis Luque al frente, aspira a posicionarse como un centro público para la nueva creación de las artes escénica, orientado a nuevos autores y directores, donde estos puedan encontrar un lugar donde desarrollar sus ideas y generar sus creaciones. Director adjunto artístico del Teatro Español y las Naves de 2019 –dos teatros que ahora se separan–, atenderá especialmente al talento de los creadores de Madrid, sin descuidar a aquellos procedentes de otros lugares.

Renovación de Simó

Por último, Natalia Álvarez Simó renovará como directora artística del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque. De esta forma, explican en Cibeles, se busca afianzar la identidad de este proyecto «caracterizado por la diversidad, transversalidad y los nuevos lenguajes», así como por su reconocido tanto por instituciones culturales como por el público.