
Gastronomía
El Mercado San Cristóbal une gastronomía y solidaridad
El Mercado y escuela San Cristóbal, ubicado en Chamartín, ofrece formación a personas con falta de recursos, además de apostar por ser un punto de encuentro para el barrio

En Madrid se encuentra el primer mercado municipal y escuela de Europa, concretamente en el distrito de Chamartín. Allí encontramos precios competitivos, comercio local y platos del día que saben a huevos fritos con patatas y jamón ibérico por 10,50€, incluyendo bebida y postre.
LA RAZÓN cruza sus puertas, entre madera y ladrillos perfectamente conservados desde sus inicios hasta hoy, y habla con Ana Ale, gerente del Mercado San Cristóbal. «Somos un mercado de abastos, no un restaurante. Nuestro objetivo es disfrutar del estar presente, de la comida de un mercado circular y de impartir formación entre maestro y aprendiz», señala. Así, nos hallamos, además de en un mercado cuya esencia define un barrio, ante conceptos de sostenibilidad con máquinas de residuos para el compostaje, packaging biodegradables, mesas donde conversar, un escenario para que suene la música en directo y una bodega que apuesta por vinos de Madrid.
«Este mercado estuvo cerrado alrededor de ocho años y era el más pequeño de la zona norte de Madrid. Se empezó a quedar un poco obsoleto hasta su cierre porque, hoy en día, las nuevas generaciones no quieren continuar los oficios de sus mayores», explica Ana Ale. Apreciamos las tres plantas, que incluyen cocinas y zonas para celebrar eventos, abiertas entre semana y fines de semana, con posibilidad de escuchar música rodeado de carnes, pescados, frutas y verduras, barra para el picoteo, panadería y cafetería.
Cesal
Pero además de estas singularidades, ¿qué encontramos en San Cristóbal que lo hace especialmente diferente?, le preguntamos a Ana Leo. Y ella no duda en responder: «ante todo somos personas». Y en este contexto llega Cesal, «una ONG internacional que trabaja por mejorar la vida de las personas desfavorecidas en países de todo el mundo». Explica la gerente del mercado San Cristóbal que, en España, desde hace más de 15 años, trabaja formando a personas en riesgo de exclusión para facilitar su inserción sociolaboral. «Cesal tiene un método de trabajo diferente: acompaña a las personas viendo toda su capacidad y potencial de una manera integral, teniendo en cuenta todas sus necesidades y dificultades, deseos y aspiraciones, estableciendo una relación con ellas. Esta compañía cercana genera una transformación en la persona».
La intervención en España se centra en la formación para el empleo de personas vulnerables. El modelo de formación que sigue la ONG es el de «aprender haciendo», una metodología implantada con éxito en sus restaurantes escuela: La Quinta Cocina y la cafetería Las Águilas en el polideportivo de Aluche, ambos en Madrid y el restaurante escuela en El Salvador. Recuperando la figura del maestro y el aprendiz, las personas que pasan por la formación aprenden los distintos oficios de manera muy práctica. Desde el primer día trabajan de cara al público y son acompañados por su maestro, que les guía en todo el recorrido formativo.

Además de las capacidades que desarrollan para el oficio concreto, se trabajan también las habilidades sociales y distintos valores como la puntualidad o el trabajo en equipo. Además de los formadores del oficio concreto (maitres, jefes de cocina, charcuteros, pescaderos…) hay otros profesionales acompañando a los alumnos en todo momento: educadores, psicólogos y técnicos de empleo. De esta manera se hace un acompañamiento integral de la persona, que continúa una vez que se inserta en el mercado laboral ya que se realiza siempre un seguimiento posterior. Explica por tanto Ana Ale que Cesal es una ONG acreditada que cuenta con un largo recorrido: con 36 años de experiencia, más de 100 proyectos en 30 países y reconocimientos como la Medalla de Madrid 2022. «Es una organización transparente, auditada cada año por la Fundación Lealtad».
Aprovechando la reapertura de sus puertas y coincidiendo con su 50 aniversario, este novedoso concepto que gestiona la ONG Cesal, quienes buscan además de abastecer a los vecinos de la zona de productos frescos, apuesta por la formación en oficios tradicionales a jóvenes en situación vulnerable para asegurar su integración sociolaboral. «Así, cada puesto acoge a jóvenes en formación que serán futuros carniceros, fruteros, panaderos, pescaderos y también camareros y cocineros, pues la oferta gastronómica del Mercado incorpora como materias primas los productos de sus puestos», cuenta la gerente a LA RAZÓN. En este caso, cada año está prevista la formación de 240 aprendices.
Historia
El Mercado Escuela San Cristóbal fue inaugurado en 1974 entre las casas de la Colonia de San Cristóbal proyectadas por el arquitecto Secundino Zuazo y conocidas como «Las ochocientas». Convertido hoy en un lugar sociocultural y gastronómico completamente renovado, frente al complejo financiero de las Cuatro Torres, busca mantener la relevancia del espacio público como lugar de encuentro.

Reformado por completo con un llamativo interiorismo que le concede un toque de modernidad sin perder la calidez, entre las marcas incorporadas ya al Mercado Escuela San Cristóbal destacan Cafés Güilis, fundada en Madrid en 1928 y dedicada desde entonces al tueste de café; Jamonalia, con una selección de jamones, embutidos y quesos artesanales; Carnicería Orgaz, empresa gallega con amplia experiencia en el sector cárnico; y Pescados Madrid, fundada por la familia Sánchez Vega en 1976 para abastecer de los mejores productos a los restaurantes más prestigiosos de Madrid. El espacio, cuenta además con la presencia de una barra de Cerveza El Águila.
«La idea es que cojas sitio, elijas lo que quieras de los distintos puestos del mercado y que te lo llevemos a la mesa», señala la gerente.
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