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Miguel Jiménez: «Nada de lo que se cuenta es real, pero todo ha sucedido»

El periodista y director del Diario del Puerto, Miguel Jiménez, presenta su última novela: «El Cese», una foto tan actual como atemporal del escenario político en España

Miguel Jimenez, director del Diario del Puerto. © Jesús G. Feria.
Miguel Jimenez, director del Diario del Puerto.© Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

Los primeros pasos de Miguel Jiménez en las redacciones se retrotraen al diario ABC. Todavía acabando la carrera le llegó la oportunidad de hacer unas prácticas en Diario del Puerto, un medio especializado en logística y transporte de mercancías, gracias a una beca que determinaría el rumbo de su vida profesional. «Entré en un mundo absolutamente desconocido para mí, igual que para el público general de entonces. Recuerdo la entrevista que me hizo el editor y fundador, Paco Prado, en la facultad de Periodismo de la Universidad Complutense», explica.

«Los comienzos fueron duros», reconoce, pues los medios no eran, ni por asomo, como de los que hoy disponemos. «Partimos de una época en la que trabajábamos con un router, trajimos las primeras cámaras digitales que llegaron a España de China, no había cultura de comunicación en el sector de la logística ni interconectividad entre los sectores; era todo muy precario, sobre todo en Madrid».

Esto empezó a cambiar a mediados de los 2000, cuando un medio como Diario del Puerto apostó por conectar los eslabones de la cadena logística y trasladando una toma de conciencia acerca de su papel en el futuro, pues no olvidemos que se trata de un sector que, según los últimos informes de Randstad, genera 850.000 puestos de trabajo, ocupa 200.000 empresas en España y representa alrededor del 10% del PIB.

Ahora, como resultado de que «solo se conoce lo que se ama, o solo se ama lo que se conoce», –pronuncia el entrevistado–, Miguel Jiménez cumple 25 años en Diario del Puerto y ejerce de director desde 2020.

Madrid, motor internacional

En palabras de Jiménez, Madrid siempre ha sido un punto estratégico por diversas razones. Primero, como región líder en exportaciones e importaciones. También, en su opinión, por la configuración histórica de las infraestructuras del país, Madrid es el centro, lo ha sido siempre, y eso ha reflejado que disponga del aeropuerto líder en transporte aéreo de mercancías y unas instalaciones ferroviarias únicas. «Esto no significa que la capital haya sabido aprovechar al máximo todas las oportunidades, pero desde luego siempre ha estado a la cabeza y ha sabido hacer valer su posición». Como tarea pendiente: «Explotar al máximo su potencialidad como plataforma logística de Europa. Su posicionamiento geográfico es indiscutible, su conexión con los puertos españoles inmejorable, y su capacidad de infraestructuras es enorme. Es y debe ser un eje conductor entre Europa, Asia, América y sobre todo África, el continente con tantas posibilidades de cara a futuro», expresa Miguel Jiménez.

«El Cese»

«El Cese» es la última y reciente publicación de Miguel Jiménez (después de «Tiempo de Tránsito», 2016). Se trata de una novela que describe los acontecimientos que le ocurren a «un ángel caído de la política» previamente a su cese. No obstante, bien podría ser un manual para impartirse en las aulas de Periodismo y de Ciencias Políticas o, simplemente, un (fiel) reflejo de la coyuntura política y mediática que hoy vivimos, entre titulares de ceses, dimisiones y abandonos.

«Nada de lo que se cuenta es real, pero todo lo que se cuenta ha sucedido», define como eslogan de la novela su autor. Lo que ocurre en «El Cese» es el fruto de las experiencias de los agentes que intervienen en la toma de decisiones: políticos, empresarios y periodistas. La cantidad de influencias, imprevistos y personas involucradas que participan en los procesos decisivos cobran especial relevancia. «Pensamos que las decisiones en política son lineales y nada más lejos de la realidad. La política es como la metáfora de la soga: imaginemos un centro con muchas sogas unidas a un nudo central y mucha gente tirando para arrimar el ascua a su sardina», comenta Miguel Jiménez.

En este complejo entramado de decisiones y emociones no solo interviene el político, sino que también están presentes los compañeros de partido, los responsables de asociaciones empresariales, la familia e incluso el taxista que un día utiliza la ministra. «No olvidemos que detrás de todas las decisiones siempre están las personas», señala el autor. Y, con ello, las emociones, las pasiones, las envidias, los rencores, los egos y las cuestiones a las que, en definitiva, todos somos permeables.

Huellas de la infancia en el barrio de Tetuán

El periodista Miguel Jiménez viene del barrio de Tetuán, un lugar muy diferente al que conocemos hoy día pero que describía muy bien ese concepto cada vez más disipado en las grandes ciudades. Casas bajas y antiguas, churrerías, tiendas de ultramarinos, la panadería de siempre y el protagonismo del comercio de proximidad. Cerca estaba el primer Rastro que forma parte de la historia de Madrid, ubicado en Marques de Viana, «muy importante por aquel entonces y el plan por excelencia de los domingos, cuando el despertador sonaba con los puestos ambulantes». Pese a que la tipología de comercios, edificaciones y de gente ya no son lo que eran, «se puede hacer barrio, pues en Madrid confluyen muchos Madrid».