El Madrid de

Nerea Albors: «Al emprender, la resiliencia es tan importante como la ilusión»

Desde Grecia ha llegado a Madrid «Kala», el proyecto dedicado al yogur helado personalizable y que enseña los retos de abrir un negocio

Entrevista con Nerea Albors, la madrileña que ha puesto de moda el yogur griego en su establecimiento Kala (Greek Frozen Yogurt). © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 23 09 2025
Entrevista con Nerea Albors, la madrileña que ha puesto de moda el yogur griego en su establecimiento Kala (GrAlberto R. RoldánFotógrafos

En pleno corazón de Madrid, entre las calles de Narváez y Huertas, se esconde un pedazo de Grecia. Bajo el nombre de Kala Frozen Yogurt, la madrileña Nerea Albors ha levantado un concepto que trasciende el postre: una pausa en medio del ritmo frenético urbano. Su idea no nació de un plan de negocio previamente planeado, sino de una vivencia personal y una fascinación por el estilo de vida mediterráneo que experimentó en un viaje. «Siempre he tenido una conexión muy fuerte con el estilo de vida mediterráneo: la calma, la luz, los sabores naturales y esa manera de disfrutar de lo sencillo», explica. Ese vínculo se transformó en una visión empresarial clara: trasladar a Madrid la esencia griega del «meraki», lo que significa hacer las cosas con alma y creatividad; y la «filoxenia», la hospitalidad que acoge al otro con calidez.

Fue en las islas griegas donde Nerea descubrió esas dos palabras que cambiarían su manera de entender la vida y los negocios. Meraki y filoxenia. «Allí entendí que poner el alma en lo que haces y recibir con hospitalidad eran valores que necesitábamos recuperar en una ciudad como Madrid, donde todo va deprisa», recuerda. Ese fue el germen de Kala, que desde 2022 ha crecido hasta contar con seis locales en Madrid, Sevilla y Málaga. En la capital se ubican en la Calle Narváez, 37, y en la Calle Huertas, 20, convertidos ya en puntos de referencia para los amantes del yogurt helado.

Preguntada por el nacimiento de Kala, Nerea explica a LA RAZÓN que es un frozen yogurt griego elaborado de manera artesanal y diaria, con ingredientes naturales y sin aditivos. Traído directamente de Grecia y combinado con kéfir, destaca por su textura cremosa y sus beneficios para la salud intestinal. «Lejos de ser un simple helado, Kala ofrece una experiencia personalizable». Véanse las opciones de cucurucho, tarrina o tulipa con toppings que van desde frutas frescas a miel, frutos secos, compotas caseras o crema de pistacho. También hay opciones para veganos, intolerantes a la lactosa y celíacos. «Siempre he creído que un postre puede ser placer y, al mismo tiempo, bienestar», señala Nerea.

Entrar en un local de Kala es viajar sin billete a las islas del Egeo. Blancos cálidos, azules cobalto, cerámicas artesanas y buganvillas crean un ambiente sereno que contrasta con el ajetreo exterior. «Madrid tiene algo muy especial: la calidez de sus terrazas, la vida en la calle y esa energía social que lo impregna todo. Quise que Kala reflejara esa cercanía tan propia de la ciudad, combinándola con la frescura griega», apunta. La decoración no es solo estética: es parte de la filosofía de la marca. Todo, desde los uniformes hechos a mano hasta el saludo inicial al entrar, busca transmitir cercanía y autenticidad.

Entrevista con Nerea Albors, la madrileña que ha puesto de moda el yogur griego en su establecimiento Kala (Gr
Entrevista con Nerea Albors, la madrileña que ha puesto de moda el yogur griego en su establecimiento Kala (GrAlberto R. RoldánFotógrafos

Según informa Nerea, la acogida en la capital ha superado sus expectativas. «La gente se sorprende, conecta con la historia detrás y muchos nos dicen que Kala se ha convertido en su rincón favorito para desconectar y disfrutar», afirma Nerea. Tanto es así que algunos clientes repiten hasta tres veces por semana. Una de las anécdotas que guarda con más cariño ocurrió incluso antes de la apertura oficial: «Recuerdo el primer día, todavía sin abrir oficialmente en Narváez, cuando una señora mayor se acercó, probó el helado y se emocionó porque le recordó a su viaje de luna de miel a Grecia. Ese momento me confirmó que la esencia se estaba transmitiendo».

Reto: emprender en Madrid

Nerea es joven, pero habla desde la experiencia que ha adquirido alguien que ha tenido que aprender muy rápido. «El reto más grande ha sido mantener la calma cuando todo alrededor parecía caos. Emprender aquí significa enfrentarte a mil imprevistos diarios, desde el papeleo hasta las obras», reconoce. De ese camino se lleva una lección indudable: «La resiliencia es tan importante como la ilusión. De cada dificultad puede salir una oportunidad para crecer». Para Nerea, Kala no es solo un proyecto empresarial, sino también personal. «Madrid es hogar, pero también es movimiento constante. Emprender aquí es un desafío a la vez que oportunidad».

Planes favoritos

Como madrileña, Nerea reconoce que cuenta con lugares muy especiales para ella en la ciudad donde desconectar, tomar un buen café o dar un paseo. «Cuando quiero o necesito hacer una pausa, elijo el parque de El Retiro, especialmente en el atardecer». También le gusta descubrir cafeterías tranquilas o visitar tiendas con alma, donde todavía se respire cercanía. No obstante, admite que actualmente su negocio se ha convertido en su mayor refugio personal: «Kala, para mí, es el rincón donde todo esto que necesito se junta». Además, «me gusta coincidir con gente que desprende talento y buena energía».