Planes
Un paseo por cuatro jardines históricos
Reflejo de otras épocas, estéticas y tendencias, los parques históricos hacen de Madrid un gran destino cultural.
Sus fuentes, sus bellos conjuntos arquitectónicos y sus esculturas son elementos clave de El Retiro, el auténtico pulmón de Madrid, con sus 125 hectáreas. Creado como quinta de recreo en el siglo XVII, en este parque, podremos perdernos por preciosos rincones y bellos conjuntos escultóricos, arquitectónicos y paisajísticos.
Siendo uno de los más populares y visitados, es muy conocido su Estanque Grande, donde se puede practicar el remo. Pero también encontramos el Palacio de Velázquez y el Palacio de Cristal, ambos utilizados actualmente como salas de exposición. Este último se construyó en 1887 para la Exposición de Filipinas y es uno de los más interesantes ejemplos de la llamada arquitectura de hierro en nuestro país.
En cuanto a esculturas y fuentes, no debemos dejar de visitar el monumento a Alfonso XII o el reservado de Fernando VII. Este último incluye la Casa del Pescador, la Montaña Artificial y la Casa del Contrabandista (hoy, una sala de fiestas), que le confieren un aire romántico.
Jardines de la Plaza de Oriente
El trazado definitivo de la plaza de Oriente responde a un diseño rectangular de cabecera curvada. De carácter monumental, su diseño es obra de Narciso Pascual y Colomer (1844), pero uno de sus principales impulsores fue el rey José I, quien ordenó la demolición de las casas medievales situadas sobre su solar.
En sus jardines, se distinguen tres espacios diferenciados: el parterre central, que se desarrolla en el entorno del famoso grupo escultórico ecuestre de Felipe IV, obra de Pietro Tacca (siglo XVII), y los jardines del cabo Noval y de Lepanto, que se sitúan a ambos lados. Está presidida por el Teatro Real y se abre en una gran perspectiva enmarcando la fachada oriental del Palacio Real. Metro: Ópera.
Disfrutaremos y descubriremos las historias que esconden
El Capricho
Este jardín de 14 hectáreas se construyó por deseo de la duquesa de Osuna, que sufragó las obras. Desde 1974, pertenece a todos los madrileños. Además de los famosos caprichos que mandó construir la duquesa –y que se conviertieron en punto de reunión de los intelectuales de la época–, como el Palacio, el Abejero o el Casino de Belementos, como el Templete de Baco (1786), obra del arquitecto José de la Ballina. Es uno de los jardines más desconocidos y destaca por la existencia de un búnker, un enclave de la Guerra Civil. Cerrado al público, se realizan visitas concertadas en primavera.
Madrid posee un rico y extenso patrimonio histórico, que también queda reflejado en sus parques y jardines
Este jardín artístico del siglo XVIII abre únicamente los fines de semana, de nueve de la mañana a las seis y media de la tarde. Uno de los grandes desconocidos (pero más bellos) de nuestra ciudad, destaca también por sus vistas. Metro: Capricho.
Parque Quinta de los Molinos
Cerca de la Feria de Madrid (IFEMA) y del estadio del Atlético de Madrid, el Wanda Metropolitano, se encuentra este jardín, que cuenta con grandes extensiones de arbolado. La estrella del parque son los almendros, que florecen –según la temperatura– en febrero o marzo, ofreciendo un fantástico espectáculo.
Dividido en dos zonas (la norte, con estilo romántico paisajista, y la sur, más agrícola), destaca el Palacete de la Quinta (zona norte), que ahora ubica el un centro cultural y fue construido por el arquitecto valenciano César Cort. Junto al palacete se encuentra la conocida como Casa del Reloj, flanqueada por uno de los dos molinos traídos de EE. UU. que podemos admirar en este parque y que son usados para el regadío. Su origen se encuentra en una finca de la segunda década del siglo XX. Su vegetación y planteamiento arquitectónico son de inspiración mediterránea. Metro: Suanzes.
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