
Sanidad
Vigía: el «cazador» madrileño de covid en agua que rastreará drogas en el futuro
El Canal de Isabel II puso en marcha hace cinco años un sistema que tendrá nuevos usos

Hace cinco años, en julio de 2020, los técnicos del Canal de Isabel II rastreaban cerca de 300 puntos de la Comunidad de Madrid que congregaban aguas residuales –pozos, depuradoras...– en busca de trazas de aquella amenaza invisible que nos mantenía encerrados en nuestras casas. El sistema Vigía, el mayor programa de rastreo y detección temprana del coronavirus en esos entornos en nuestro país, daba sus primeros pasos. Y es que, como explican desde el Canal de Isabel II, el análisis del agua residual fue clave a la hora de proporcionarnos un «fiel reflejo» del estado de salud de la población.
«Lo importante no era el valor en sí mismo ni cuantificarlo; lo importante era ver la pendiente de la curva», explica a LA RAZÓN, Antonio Lastra Jefe del Área de Desarrollo de la Innovación del Canal de Isabel II. «A través de esa pendiente, si era muy significativa, podíamos avanzar que se iba a producir una nueva oleada. Nos pudimos adelantar a curvas sanitarias con unos días de antelación, lo cual servía como alerta para tomar medidas».

De aquellos 289 puntos en los que se analizaba el agua, 51 se encontraban en Madrid capital. Además, Canal de Isabel II dio preferencia a aquellas depuradoras a las que vertían los grandes hospitales de la región, como La Paz, el 12 de Octubre, el Gregorio Marañón, el Ramón y Cajal o el Cínico San Carlos. Si bien aquellos análisis permitían saber si había restos o no de virus, los técnicos tenían que cuantificar ese presencia. Por ello, el siguiente paso fue buscar laboratorios capaces de realizar esta labor. Previamente, en mayo, se hizo una prueba piloto en Torrejón de Ardoz para ajustar la metodología de selección de los puntos de muestreo. Y es que era necesario conocer en detalle cuántos puntos eran necesarios en función de la población, y la distancia a la que se debía tomar la muestra para que estos enclaves fueran «representativos y fiables». Tras el éxito de aquellas pruebas, Vigía estaba listo para ser extendido por toda la región, con dos actuaciones principalmente: por un lado, el protocolo de toma de muestras y su análisis fisicoquímico y genómico en el laboratorio que Canal tiene en Majadahonda; y por el otro, el análisis de los resultados y su posterior comunicación a la Consejería de Sanidad, pero también a la población en general, a través de informes periódicos y de un mapa interactivo que revelaba la evolución del coronavirus.
Revistas científicas
Antonio Lastra recuerda que son muchos los países que se han interesado por la metodología. Por ejemplo, Canal de Isabel II lo ha implantado ya en Perú. «La diferencia de otros sistemas similares estaba en la calidad de los resultados», apunta. La ONU y la UE, así como eventos médicos como el World Pandemics Forum o publicaciones científicas tan prestigiosas como «The Lancet» se hicieron eco de Vigía.
Hoy, por motivos obvios, su uso se ha visto reducido. Actualmente, está presente en 87 puntos de la región. «Permanece porque, si hubiera otra pandemia, podríamos detectarla. Sin embargo, esta vigilancia está preparada para crecer mucho más», explica. Y es que, una de las intenciones del Canal es que Vigía analice también la presencia de sustancias estupefacientes en las redes de alcantarillado de la región. Una propuesta incluida dentro del I Plan Regional Contra las Drogas de la Comunidad de Madrid, y que permitirá estimar el «consumo medio diario» de cannabis, cocaína, éxtasis...
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