Madrileñ@s
Una visión a lo trascendental a través de la pantalla de cine
Carmelita descalzo, el autor de «Tiempos de cine» es fan de Almodóvar y de todas las películas que plantean una búsqueda de sentido
Fernando Donaire ha sido durante más de dos décadas carmelita descalzo. Ahora mismo trabaja en los colegios de la Fundación Trilema, y nos recibe en el salón de su piso en Madrid. Las paredes están llenas, casi de suelo a techo, de librerías. Lo único que no ocupan los libros es espacio reservado para los poster de las películas de algunos de sus cineastas favoritos, haciendo imposible no comprobar que Almodóvar encabeza la lista. «Una de mis inquietudes siempre ha sido la comunicación, primero como periodista, luego como educador y también como entusiasta del cine», dice. Y es precisamente este último punto el que nos ha traído hasta aquí, ya que acaba de publicar el libro «Tiempos de cine», en el que desgrana, de una forma sosegada, esa expresión a través de la pantalla de algo tan conocido como es el ser humano en busca de sentido. Haciéndose preguntas.
«El cine es una herramienta fundamental para la expresión y la reflexión», explica. Por ello, en cada capítulo de «Tiempos de cine» articula películas que, aunque en principio no tienen nada que ver, sí que suscitan una reflexión común. Y, además, son películas que, lejos de lo que se podría pensar, poco o nada tiennen que ver con la fe de forma directa.
«Hay un poco de todo porque a mí me gusta pegarme al hilo de la actualidad, de lo que se va estrenando», señala, mientras reconoce que Almodóvar es un cineasta que le gusta mucho «como creador y como narrador». Del mismo modo, aclara que no le gusta demasiado «el cine religioso explícito». Más bien, suele disfrutar con «la huella de la trascendencia y esa mirada sobre la espiritualidad que hay en el cine contemporáneo». «Me resulta mucho más interesante que algo que ya te dan hecho como para convencidos. Me interesan más las dudas que plantea, que creo que son muchas, el cine contemporáneo a nivel de creencias, de búsqueda de sentido, de todo lo que significa esa realidad», asevera.
Ejemplo de ello es que, en el capítulo «Tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse» del libro, aparece la película «Una historia verdadera», de David Lynch, que «es una película de reconciliación de un hombre que recorre en un cortacésped toda la América profunda buscando el perdón de su hermano». Y, después, «Nomadland», que «es el recorrido de una mujer. Son dos realidades que presentan muchos interrogantes». En otro capítulo del libro enfrenta a «Hable con ella» con «Ellas hablan». Y es que, mientras «Hable con ella» trata «sobre la incomunicación, sobre las cosas que no se dicen, que se quedan ahí», «Ellas hablan», presenta a unas mujeres que «cogen la voz en una sociedad en la que manda el hombre y tienen que decidir qué hacer con su futuro». «Lo que trataba era de poner sobre la mesa un diálogo que va más allá de lo que nos hablan los directores a través de películas que, aunque están muy alejadas en el tiempo, cuando se ponen juntas nos dicen cosas», explica.
Como estas, en «Tiempos de cine se unen también otros títulos como «Mi vida sin mí», de Isabel Coixet, o la conocidísima «La, la, Land». «Creo que es una falsa creencia el hecho de que el cine comercial y contemporáneo no se preocupe de la trascendencia, porque en cualquier manifestación cultural, como en la pintura o en el teatro, encontramos huellas de esta. Incluso aunque sea para criticarla», afirma Donaire.
«Tenemos muy reciente el ejemplo de Los Javis», continúa, «que acaban de estrenar «La Mesías», que habla de una forma bastante dura de la fe y cómo a veces puede ser, en lugar de un instrumento de salvación, de perdición», añade, convencido de que «de fondo hay algo, no simplemente una crítica vacía. Están contando una historia». O, por ejemplo, una serie como «Cardo», que «tiene un tono punky», pero que, en el fondo, «quien la ha hecho se ve que tiene una búsqueda detrás, más allá de que la expresión pueda chocarnos más o menos». Por todo ello, para Donaire es fundamental «que sepamos quitarnos los prejuicios en ese sentido, porque etiquetamos mucho y nos perdemos las propuestas que nos hacen». Y, volviendo al ejemplo de Los Javis, subraya que «saltaron a la fama por La Llamada, la cual, más allá de que es una comedia y que está hecha en clave de humor, tiene cosas con las que ellos, aun a lo mejor sin ser conscientes, muestran una realidad muy interesante».
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