Gastronomía

Zarro: El sabor madrileño que conquista el mundo

Un legado familiar que combina artesanía, sostenibilidad e innovación en la hora del vermut

En las bulliciosas tabernas de Madrid, los rincones modernistas de Barcelona o las animadas calles de Zaragoza, nació una costumbre que transformó la manera en que los españoles entendían la socialización previa a la comida: la hora del vermut. Este ritual, que comenzó a principios del siglo XX como una sencilla pausa urbana acompañada de tapas clásicas como aceitunas y encurtidos, se consolidó rápidamente como una seña de identidad cultural en las grandes ciudades. Con el paso del tiempo, el vermut trascendió su origen urbano para instalarse en la rutina familiar y convertirse en un momento de encuentro, especialmente los domingos. Y así lo entiende la familia Zarro, como «el compromiso con el concepto vermut, la hora del vermut, el acto de tomar el vermut siempre ha sido un acto social, en el cual el producto tiene que estar a la altura de las expectativas del consumidor».

Hablar de Vermut Zarro es hablar de tradición, innovación y del carácter inconfundible de Madrid. Esta marca cuenta a LA RAZÓN que no solo ha rescatado el ritual de la hora del vermut, sino que ha buscado elevarlo a un fenómeno de alcance internacional. «Con una receta que combina métodos artesanales y tecnología de vanguardia, Zarro se ha consolidado como un referente del vermut, llevando consigo el orgullo de ser una empresa profundamente madrileña».

La historia de Vermut Zarro comienza con una tradición familiar. Según explica su fundador, Carlos Muñecas, la receta original fue creada por su padre, y la calidad del producto fue el detonante para transformar esta tradición en una empresa. «A raíz de la buenísima calidad del producto, decidimos dar el salto y crear una empresa para poder comercializarlo», relata. Así, lo que empezó como una práctica casera se convirtió en un proyecto empresarial que, según explica Carlos Muñecas, décadas después, sigue trabajando por ser un referente de excelencia.

Desde sus inicios, Zarro ha estado profundamente vinculado a Madrid, no solo en términos de ubicación geográfica, sino también en su filosofía. «El vermut es algo muy madrileño, muy nuestro», afirma Muñecas. «Este vínculo con la región ha sido un pilar fundamental para la marca, que ha sabido reflejar en su producto la esencia de la capital española». Esto se debe a que el compromiso del vermut Zarro con Madrid se traduce en que la marca ha desempeñado un papel activo en la promoción de la gastronomía y la cultura local, participando en eventos y ferias que celebran el carácter distintivo de la región. «Estas actividades han fortalecido la conexión emocional entre la marca y su público, consolidándola como un símbolo del orgullo madrileño».

Desde la empresa señalan que uno de los secretos del éxito de Vermut Zarro radica en su proceso de elaboración. «Toda la parte de elaboración de la base del vermut, que son las hierbas aromáticas, la hacemos una a una, a mano. Es un proceso muy artesano y muy metódico», detalla Muñecas. «Este cuidado en la producción asegura que cada botella conserve el sabor único que caracteriza a Zarro». Menciona que el uso de ingredientes seleccionados y un meticuloso proceso de maceración son fundamentales para lograr la complejidad aromática del vermut. Hierbas como el ajenjo, el cardamomo y la canela, entre otras, se combinan para crear un equilibrio entre dulzura y amargor. Además, cuenta que la marca fue pionera en lanzar «el primer vermut ecológico del mundo» y ha desarrollado productos innovadores como la crema de vermut. Estas iniciativas no solo han ampliado su oferta, sino que también han reforzado su posición como empresa especializada en esta bebida: «La innovación nos permite mantenernos relevantes y explorar nuevas formas de disfrutar del vermut», señala Muñecas.

El éxito de Vermut Zarro se ha visto apoyado por la Comunidad de Madrid. A través de programas como la Ventanilla Única de Internacionalización (VUI), la región ha brindado herramientas para la expansión internacional de la marca. Jacobo Pérez-Soba, representante de la VUI, explica que esta iniciativa ofrece asesoramiento personalizado, formación y acceso a mercados internacionales para empresas madrileñas.

En el caso de Zarro, el impacto de estas herramientas ha sido notable. «La exportación es un camino difícil y largo, pero gracias al apoyo de la VUI hemos podido participar en ferias internacionales y desarrollar programas de venta online», comenta Muñecas. Estas acciones han permitido a la marca adaptarse a las demandas de mercados como Japón y Estados Unidos, fortaleciendo su presencia global. «Además de facilitar la entrada a nuevos mercados, la Comunidad de Madrid ha desempeñado un papel crucial en la promoción de Vermut Zarro dentro de España. Mediante campañas y eventos que destacan los productos agroalimentarios locales, se ha logrado aumentar la visibilidad de la marca, posicionándola como un referente en el mercado nacional», explica Jacobo Pérez-Soba.

Otro aspecto con el que busca distinguirse Vermut Zarro es su compromiso con la sostenibilidad. La marca ha implementado prácticas respetuosas con el medio ambiente, como el uso de productos ecológicos y la adopción de estrategias de economía circular. «Constantemente estamos trabajando para adaptar nuestra industria a que sea lo más sostenible posible», asegura Muñecas.

Este enfoque incluye la optimización de los recursos energéticos y la reducción de residuos en todas las etapas de producción. «La implementación de medidas como el uso de envases reciclables y procesos de fabricación más eficientes demuestra que Zarro no solo busca liderar en calidad, sino también en responsabilidad ambiental». Y este compromiso ha sido reconocido internacionalmente, ya que Zarro fue la primera bodega de la Comunidad de Madrid en obtener el certificado de calidad IFS Foods. «La sostenibilidad además de ser una tendencia, es una necesidad que guía todas nuestras decisiones».

La visión de la marca sigue siendo preservar y promover el vermut. «No es una moda, es una tradición. La hora del aperitivo forma parte de nuestra gastronomía y de nuestra cultura», subraya Muñecas. Para lograrlo, se están centrando en conectar con las nuevas generaciones adaptándose a nuevos estilos de vida, a través de la creación de campañas publicitarias y colaboraciones con chefs y mixólogos que presentan el vermut de formas innovadoras.

Extensión a mercados internacionales

El fundador de vermut Zarro, Carlos Muñecas, explica a LA RAZÓN que el éxito de la expansión del vermut en mercados internacionales como Japón o Estados Unidos refleja la capacidad de adaptación a contextos económicos y culturales diversos. Por ello, el reto seguirá siendo que un sorbo de este vermut no se distinga de una taberna madrileña a un bar de Tokio. «Cada mercado tiene sus particularidades y hemos aprendido a ser flexibles e innovadores para satisfacer las expectativas de los consumidores. El camino no es fácil, por ejemplo, entrar en Japón supone un periodo medio de dos o tres años». Y, además, destaca una suerte «que muy pocos saben», dice Muñecas, «y es que Madrid cuenta con una industria agroalimentaria excelente que permite a los productores de la capital jugar con una carta ganadora».