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Un alcalde incendia las redes al aconsejar un collar eléctrico contra los ladridos de un perro

El dueño, vecino de Valdepeñas, se enfrenta a 1.200 euros de multa por perturbar la tranquilidad ciudadana y por no tener a los animales censados

Un perro de raza American Sttanfordshire es el causante de los ladridos / Yvonne Lüneburger / Pixabay
Un perro de raza American Sttanfordshire es el causante de los ladridos / Yvonne Lüneburger / PixabaylarazonYvonne Lüneburger / Pixabay

El ayuntamiento de Valdepeñas en Ciudad real ha levando una fuerte polémica en las redes sociales al recomendar en un escrito a un vecino de su municipio que “adquiera un collar específico que produce unas leves descargas eléctricas cuando el animal ladra, para poder erradicar dicho comportamiento”.

Al conocerse la noticia, detractores y defensores del uso de esta herramienta para el aprendizaje en perros se han enzarzado en discusiones por las redes sociales. El mundo del adiestramiento canino, en el que está generalizada una enseñanza en positivo, donde los premios son la base de cualquier aprendizaje de nuestras mascotas, y el castigo no está contemplado bajo ningún concepto en la educación del can, ha puesto el grito en el cielo. Enfrente, un tipo de adiestrador canino que considera que este tipo de collares es una herramienta de uso exclusivo para profesionales y muy útil en circunstancias muy específicas y nunca en un tiempo largo.

Así, en cuanto saltó la noticia, los expertos no dudaron en manifestar sus opiniones. Desde Evolucán, especializados en educar perros de servicio, escribieron “Pero quién asesora al grupo de gobierno? Esto es increíble!”, y una lista de particulares contestaron increpando al alcalde socialista.

Desde Etolia, Etología Veterinaria, página de referencia sobre comportamiento de los animales, se posicionan totalmente en contra de este uso “Qué vergüenza que un Ayuntamiento recomiende un método que atenta contra el bienestar animal para resolver un problema de conducta de convivencia. Eso es respeto y convivencia, sí señor. Acabemos rápido con el problema”.

Desde “Animales, libres, vivos, luchemos por los sin voz”, un grupo de Facebook con miles de participantes, uno de sus integrantes levantó el debate: “Esto es una puta vergüenza , entonces porque no se la aplican a los que están todo el puto día gritando?” y obtuvo numerosas de respuestas con frases de repulsa a la medida.

En una posición más moderada, Aknueve, página de Facebook de un instructor formador canino acreditado por el Ministerio del Interior responsable de AULA K9 adiestramiento canino, manifiesta que “Las herramientas son para usarlas (sabiendo usarlas bien), un cordino, una salchicha, un collar educativo, una caricia, sí es en su justa medida”.

Otro adiestrador, Iván Díaz, recuerda la efectividad de estas herramientas, “Si hay una forma rápida de solucionar un problema y se niega su uso porque va contra nuestros principios no lo veo de profesional”, matiza. Y Gumer Roca recuerda que “se lleva usando desde hace 20 años”. Los dos recibieron todo tipo de respuestas: Ido Syl dice “la sumisión nunca es la solución.” Y Teb Her Arantxa que “si el cliente pide resultados en corto tiempo, se le dice que es imposible y punto. El mundo de la educación canina ha evolucionado muchísimo en cuanto a técnicas.

Los hechos causantes de la polémica se originaron el 27 de septiembre, cuando uno de sus vecinos de uno de los bajos dejó a sus dos perros, de raza American Sttanfordshire Terrier en su patio y sus ladridos causaron molestias en el descanso de sus vecinos. La localidad ciudadrealeña de Valdepeñas cuenta, desde el pasado 2005, con una completa ordenanza municipal sobre perros. En la que se regula tanto la recogida de excrementos, así como la obligatoriedad de llevar a los canes con correa o la conciliación de estas mascotas con el resto del vecindario, entre otros aspectos. Y contempla multa de has 600 euros por los ladridos de perros.

Tras dos denuncias, con un espacio de 15 días, la Policía Local se personó en el bloque de pisos y constató además de los fuertes ladridos que los canes no estaban censados en el municipio de Valdepeñas.

Ahora el dueño se enfrenta a una multa de hasta 1.200 euros al incurrir en dos infracciones leves, que se multiplican por dos al tratarse de dos mascotas. 600 euros por “no adoptar medidas que eviten que el animal perturbe la tranquilidad ciudadana con ladridos, aullidos…”, y otros 600 euros por “la posesión de perros no inscritos en el censo municipal”.

Hasta aquí todo entra en la normalidad. El problema ha surgido cuando el ayuntamiento recomienda al propietario, al final del escrito de la sanción, que "adquiera un collar específico que produce unas leves descargas eléctricas cuando el animal ladra, para poder erradicar dicho comportamiento”.