Verde

España y Portugal, listas para asumir el liderazgo de la transición energética

La Península Ibérica se presenta en el Foro de Davos como el proveedor de energía limpia más económico y competitivo de Europa, en un frente unido por la IETI (alianza de multinacionales como Moeve, Iberdrola o BBVA)

Imagen aérea nocturna de la península ibérica iluminada
Imagen aérea nocturna de la península ibérica iluminadaDreamstime

España y Portugal lo tienen todo para convertirse en la «pila» de Europa. La posición de la Península para convertirse en el nuevo motor de la reindustrialización es «privilegiada» y su infraestructura puede revertir la pérdida de competitividad del continente, a la vez que se avanza en su transición hacia un modelo energético más sostenible. Esa es la principal conclusión del análisis presentado por la alianza de multinacionales hispano-lusa que forman Iberdrola, Moeve, BBVA, Repsol, Naturgy, Santander y EDP, además de algunos socios senior de McKinsey & Company.

Denominada la Iniciativa Ibérica de Industria y Transición Energética (IETI), la coalición presentó su informe en la mayor cumbre política y empresarial del planeta: el Foro Económico Mundial (WEF), que se celebra desde el lunes en la localidad suiza de Davos, y que termina hoy. El objetivo de la IETI es claro: convertir Iberia en el foco de expansión continental de fuentes de energía renovable competitivas en, aprovechando nuestras ventajas estratégicas.

La principal es que tenemos una energía renovable más barata, entre un 20% y un 25% inferior a su precio en los países de Centroeuropa. Además, contamos con una amplia disponibilidad de recursos naturales renovables (más sol, mar y viento), costes energéticos competitivos e infraestructura avanzada. El informe de McKinsey & Company también detecta «amplias áreas para proyectos de generación verde» y «una red eléctrica robusta que puede adaptarse a las nuevas demandas».

Asimismo, el «eficiente sistema de refinado de la región» y su «ubicación estratégica» (a la espera de que se construyan grandes gaseoductos que nos conecten con Francia y Alemania), abre oportunidades para la producción de biocombustibles y combustibles basados en hidrógeno. De hecho, uno de los puntos clave es el hidrógeno verde, cuya producción en España y Portugal resulta entre un 10% y un 20% más económica que en Europa Central. Esto no solo refuerza la competitividad de las industrias locales, sino que también contribuye al objetivo europeo de alcanzar la neutralidad en carbono para 2050.

Las empresas implicadas en la IETI, como Moeve (antes Cepsa), están liderando esfuerzos significativos para fomentar la transición energética. Moeve, que el lunes entró en la Coalición First Movers (FMC) del Foro de Davos –una alianza estratégica para acelerar la transición energética en el mundo–, ha asumido compromisos ambiciosos como reducir sus emisiones de alcance 1 y 2 en un 55% para 2030 y destinar más del 60% de sus inversiones a proyectos sostenibles.

«Formar parte de iniciativas globales como la FMC nos permite acelerar el desarrollo de soluciones energéticas innovadoras para sectores difíciles de descarbonizar [como el transporte pesado, el marítimo, la aviación y la industria del acero]», explicó Maarten Wetselaar, CEO de Moeve, durante la firma para su ingreso. Según Børge Brende, presidente del WEF, la compañía aportará su experiencia en tecnologías como el hidrógeno renovable y los biocombustibles avanzados. Moeve también desplegará una red de carga eléctrica ultrarrápida en la Península.

Retos y propuestas de futuro

Para que la transición energética sea efectiva, la IETI propone medidas concretas como reducir cargas administrativas, agilizar los permisos para proyectos verdes y establecer marcos regulatorios claros y estables. Estas acciones serían clave para atraer inversiones y garantizar que las soluciones sostenibles compitan en igualdad de condiciones con las basadas en combustibles fósiles.

Poner en marcha el plan de McKinsey para convertir a España y Portugal en «hubs estratégicos de industrias críticas» podría incrementar el PIB de ambos países en un 15%, crear hasta un millón de empleos y aumentar las exportaciones en un 20%. Pero el informe subraya que el éxito de esta transición no solo beneficiaría a España y Portugal, sino que contribuiría a revitalizar la competitividad europea, en un momento marcado por desafíos como la «ola de desindustrialización y pérdida de competitividad, agravada por la falta de inversión en I+D y los elevados precios de la energía».

Durante la presentación, Wetselaar subrayó que «tenemos una oportunidad única para impulsar el empleo y el PIB en Iberia mientras se mejora la seguridad energética de Europa y se alcanzan los objetivos climáticos». Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, apuntó que «Europa debe mejorar sus recursos (viento, sol y agua), que generan precios estables y reducen significativamente las importaciones». Por último, Onur Genç, CEO de BBVA, dijo que «hay que apostar por políticas que proporcionen señales de demanda claras e incentivos para la transformación a la escala».