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Groenlandia, en el punto de mira por sus minerales
El deshielo de la isla contribuye a la subida del nivel del mar al tiempo que hace más accesibles los yacimientos de materias primas estratégicas

Groenlandia ha vuelto al foco de interés internacional. Donald Trump no ha tomado todavía posesión de su cargo y ha vuelto a declarar, como ya hiciera en 2019, su interés por controlar la isla, para lo que no descarta, dice, el uso de la fuerza militar. Dinamarca ha reaccionado recordando que el territorio no está en venta y el primer ministro groenlandés Múte Bourup Egede mencionaba el asunto en su discurso de Año Nuevo hablando del gran interés que está despertando su isla y mencionando la cooperación y el comercio exterior con sus vecinos, pero también que esto tiene que asegurar el camino hacia la independencia. Y es que este año se celebran elecciones en el país con la opinión pública dividida en temas como la total independencia del país de Dinamarca o la conservación y la explotación minera. Conviene recordar que Groenlandia fue colonia danesa hasta 1979, cuando se convirtió en territorio autónomo. Desde 2009 tiene derecho a reclamar su independencia mediante referéndum (cosa que aún no ha hecho) y, desde 2010 toma sus propias decisiones respecto a sus recursos, aunque aún recibe cada año 500 millones de euros de Dinamarca.
La clave de todo este interés internacional está en los recursos minerales sin explotar, muchos de ellos, como las tierras raras, ligadas a la telefonía móvil o a las energías renovables. De hecho, Europa firmó un Memorándum de Acuerdo en noviembre de 2023 para una asociación estratégica de minerales con Groenlandia. La idea: desarrollar cadenas de valor sostenibles de las materias primas (dicho de otra forma, asegurarse la transición energética sin depender como hasta ahora de China).

La paradoja del deshielo
El Instituto de Recursos Naturales de Groenlandia afirma que el subsuelo contiene tierras raras, piedras preciosas, carbón, grafito o uranio. «Groenlandia ha sido una nación minera desde finales del siglo XVIII, cuando se extrajo carbón en la península de Nuussuaq. Además, la minería ha incluido oro, plata, cobre, plomo, zinc, grafito, olivino, criolita y mármol. Varias de ellas han cerrado en los últimos años, como la mina de olivino Seqi en 2011 y la de oro Nalunaq clausurada en 2013. Por otra parte, las evaluaciones sugieren que existe un enorme potencial para la explotación petrolera en las aguas costeras. en la península de Nuussuaq».
Tantos son los recursos que Manuel Regueiro, investigador del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos afirma que «desde el punto de vista minero es un paraíso por explorar, entre otras cosas, porque el aumento global de las temperaturas está haciendo accesible el territorio. Sin embargo, que haya indicios no significa que se vaya a explotar. Para eso hay que poner dinero. Tampoco olvidemos que de un lugar con unas condiciones muy difíciles», matiza.
Los recursos de la isla son cada vez más accesibles debido al calentamiento global. La capa de hielo de Groenlandia se ha reducido en 1.2 metros de media entre 2010 y 2023, según una investigación conjunta de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA. «El adelgazamiento en el borde de la capa de hielo fue cinco veces mayor, alcanzando de media de 6.4 metros», dice el estudio.
Francisco Navarro, del departamento de Matemática Aplicada a la ETSI de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid: «La pérdida de hielo, sobre todo está siendo superficial, y aunque va a ser sostenida, para finales de siglo será la masa que más contribuirá a la subida del nivel del mar. Hay tres grandes masas de hielo en el mundo. Groenlandia representa el 11% del total de hielo, la Antártida más del 80% y luego están los pequeños glaciares. Hasta ahora la subida del nivel del mar se debía sobre todo a estos pequeños glaciares, pero se estima que para 2100 será Groenlandia la que contribuya de forma constante a este fenómeno. Ya tiene entre el 25 y el 30% del territorio descubierto y en estas zonas del sur, es donde se ha concentrado la actividad minera».

Un año decisivo
En abril se celebran elecciones en la isla y «aunque los partidos tienen diferentes visiones, hay una discusión generalizada en el país entre conservación de los recursos y explotación. Ahora mismo el 20% de su PIB es minería y, a largo plazo, si quieren ser independientes este porcentaje tendrá que aumentar”, opina Navarro.
La relación con la minería ha cambiado desde que el partido independentista Inuit Ataqatigiit tomara el poder en 2021. Una de las primeras decisiones de esta formación «verde y antiminera» fue prohibir la explotación de petróleo, gas y uranio.
Fue paradigmática la paralización del proyecto minero de tierras raras de Kvanefjeld, presentado en su día por la firma Greenland Minerals Limited y que contaba con la aprobación del anterior ejecutivo, el Siumut. Desde 2013 se había aparcado la prohibición de extraer materiales radiactivos, mantenida durante 25 años. En esos años, según informan medios internacional, esto «atrajo el interés de empresas de todo el mundo, incluso de China, en busca de tierras raras y uranio y fue entonces cuando GMEL dio un paso adelante con Kvanefjeld y sus reservas de uranio, fluoruro, torio y tierras raras». Sin embargo, la contestación social llevó a la paralización del proyecto minero en 2021. El nuevo gobierno aprobó una nueva ley que prohíbe desde entonces la exploración de yacimientos con una concentración de uranio superior a 100 partes por millón. Era el final del proyecto, al menos de momento, porque en 2023, la empresa presentó demanda contra el Gobierno de Groenlandia y el de Dinamarca reclamando más de 7.500 millones de dólares por daños y perjuicios.
Una posición geoestratégica entre el Atlántico Norte y el Ártico
Groenlandia, además alberga la base aérea de Thule, la más septentrional de los EE UU, y una pieza clave para su sistema de radar. Además, la isla se encuentra en la ruta más corta con Europa. Con sus palabras «Trump quiere distraer la atención de los problemas internos y por eso habla del Canal de Panamá, de anexionar Canadá, de la frontera de México, de Groenlandia. En esta isla hay materia prima sí, pero también lo que quiere EE UU es contrarrestar la presión de Rusia y China en al Ártico, por eso ese interés en reforzar su presencia militar. Está ocurriendo igual en el Antártico, de ahí el interés de China por tener una base en Patagonia. Estamos en un momento de grandes tensiones geopolíticas donde vemos cómo las fronteras cambian muy rápidamente y las grandes potencias están tratando de dividirse el pastel de los yacimientos de Alaska, Laponia, Groenlandia...», explica Fernando Cocho, analista de Inteligencia y Riesgos a la Seguridad nacional.
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