La contra
«La naturaleza hace más fácil la vuelta al cole»
Phillip Bruchner Educador infantil y fundador de Bosquescuela
El inicio del colegio esta semana ha estado acompañado de un debate sobre cómo y hasta qué punto es mejor emplear pantallas o volver a los libros de texto y al papel. Pero ¿y volver a la naturaleza? Es la propuesta del Bosquescuela de Cerceda, una centro único en España, donde los niños siguen el currículo oficial en medio de la naturaleza, usan palos en lugar de tizas y van pertrechados con sus cuadernos de campo.
El proyecto cumple diez años, pero ¿de dónde salió la idea?
El fundador de esta historia soy yo. En Alemania conocí esa metodología, me enamoró y la traje. Este Bosquescuela es la primera y única escuela infantil al aire libre homologada en España, pero en Alemania hay más de 3.000.
¿Cuál es la forma de enseñar?
Es un colegio de lunes a viernes, de septiembre a junio... las horas de escolarización son las que tienen que ser, los contenidos los que marca la Comunidad de Madrid, solo que aquí estamos todo el día y todo el año al aire libre, a me nos que llueva o nieve. Las clases se realizan con lo que nos rodea. La tierra es nuestra pizarra; se trabaja mucho con palos para formar palabras o jugar a las adivinanzas. Los palos atraen a los niños y te puedes imaginar que no nos faltan (ríe). También trabajamos la música y el cuerpo. Enseñar requiere creatividad de la maestra que tiene que inventar estímulos, porque no hay pizarra o fichas. Por ejemplo, con la escarcha de las primeras nevadas se pueden hacer figuras en el suelo y trabajar geometría con las botas.
¿Cómo es un día de clase?
Quedamos a las nueve cerquita de la cabaña (que sirve de refugio) y damos las primeras clases. Luego los niños cogen su mochila y nos vamos de paseo a la dehesa todos los días. Cada niño tiene un cuaderno de campo y un boli para practicar el trazo, poner números... cosas así. Encuentran una pluma, pues pueden coger la pluma, meterla en el cuaderno, quizá la quieran dibujar, y poner abajo la palabra pluma. Hablamos de palabras sencillas y frases cortas, porque son niños que no están en primaria todavía. Cuando llegamos de la excursión, hacemos un picnic para coger fuerzas y siempre hay dos horas de juego espontáneo que sirve para explorar el entorno, bajo la tutela y vigilancia de las maestras. Así desarrollan su autonomía, independencia y espíritu emprendedor. No tienen juguetes así que se juntan para hacer proyectos: un puente para cruzar el río, sus cabañitas…
¿Y qué acogida tiene entre los padres esta enseñanza?
Muy buena, tenemos el curso completo y siempre hay familias llamando. De hecho, ahora vamos a hacer una ampliación; nos han dado algunas plazas más desde la Comunidad de Madrid.
¿Y como es el tema de la seguridad con 25 niños en el campo?
Hay que crear muy bien el vínculo y la relación entre alumnado y el profesorado, fomentar el respeto y la responsabilidad, cosas importantes para vivir en el medio natural. Aquí tienes que hacer caso del profe porque los obstáculos en la dehesa son reales... si no te pones las botas, te mojas los pies. Ponerse el abrigo, como dice el profe, aquí tiene todo el sentido.
¿Tenéis berrinches de primer día?
Aquí el arranque de curso suele ser bonito, porque se encuentran su aula cambiada, diferente a como la dejaron en verano; ahora han aparecido otras plantas, las del otoño, y eso les genera curiosidad. Es un cole del que no quieren irse. De hecho, por las tardes se reúnen las familias para la merienda. El espacio es tan abierto y lúdico que lo pasan muy bien. El medio natural hace muy fácil la adaptación.
Y cuando llegan primaria a un cole estándar, ¿no les cuesta?
La verdad que las experiencias que nos cuentan los profes de primaria son muy positivas, porque en tres años han desarrollado todas sus habilidades motrices, cognitivas, emocionales, la responsabilidad… entran en primaria con el kit completo, se toman muy en serio al profe. Los docentes nos cuentan que son niños muy autónomos y con mucha curiosidad.
¿Tenéis muchos constipados?
Aquí también cogen sus constipados (ríe), pero como estamos en el exterior, la probabilidad de contagio es inferior. Notamos que faltan menos. El sistema inmune se ve reforzado por el oxígeno y el movimiento que hacen.
¿Qué valores aporta educar en la naturaleza?
El medio natural ofrece muchas posibilidades de jugar y explorar. Esto genera una conciencia hacia el medio ambiente, pero también ayuda al desarrollo cognitivo, emocional y a la motricidad. Los niños para cada vez más horas delante de las pantallas, pero el campo está lleno de estímulos: pueden trepar a los árboles, escalar, oler plantas aromáticas. Muchas opciones para desarrollar el equilibrio, la audición y aprender el respeto hacia las plantas, los animales y sus compañeros.