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El SAF, el biocombustible que hace posible la aviación sostenible

La compañía Iberia asegura en un estudio que la producción de estos combustibles ayudará a crear empleo y a reutilizar residuos que actualmente acaban en vertedero

Aviones de la compañía Iberia en el Aeropuerto de Adolfo Suárez Barajas Madrid
Iberia asegura que utilizando e impulsando la producción del SAF, la aviación sostenible será una realidad Jesús G FeriaLa Razón

Al igual que otras industrias, el sector del transporte aéreo está inmerso en la búsqueda de soluciones para reducir su impacto medioambiental. Una de las posibilidades con las que trabajan las compañías aéreas es con los llamados SAF (combustibles sostenibles de aviación por sus siglas en inglés) que pueden reducir del 80% de emisiones respecto a los vuelos actuales y, encima, sin necesidad de realizar nigún cambio en los actuales motores.

Iberia es una de las compañías que se ha comprometido a potenciar la producción de estos combustibles, ya que, a día de hoy los SAF representan solo un 0,9% del mercado. No hay que olvidar que el gasto en queroseno representa más del 30% de los costes de operación de las compañía y que la Comisión Europea ha fijado unos objetivos de uso de SAF en aviación que van de van del 6% de en 2030 hasta un 70% en 2050, con objetivos intermedios quinquenales.

Para esta compañía, junto a la renovación de los aviones, el desarrollo y generalización del uso de estos combustibles es clave para la transición energética del sector de la aviación. En Iberia trabajan desde hace tiempo para lograr operar al menos el 10% de sus vuelos en 2030 con combustibles sostenibles. De hecho, en 2021, por ejemplo, realizaron el primer vuelo en España con combustible fabricados a partir de residuos.

Los SAF se producen a partir de materias primas renovables y los hay de tres tipos. Dos de ellos son de origen bio y están fabricados a partir de aceites de cocina usados, biomasa, residuos sólidos urbanos, etc. Estos residuos son tratados previamente para eliminar impurezas y luego se refinan a través de un proceso llamado hidrodesoxigenación, que elimina el oxígeno, el azufre y el nitrógeno. La ventaja de este tipo de producción es que no requiere prácticas de deforestación ni altos consumos de agua, y tampoco compite con la producción de alimentos. El tercero tip de SAF es sintético y se produce a partir de hidrógeno renovable y CO2 capturado.

Mayor empleabilidad

Un reciente informe elaborado por PwC para Iberia y Vueling, asegura que la generación de SAF, además de ayudar a reducir las emisiones contaminantes de los aviones, generará oportunidades de empleo.

El estudio afirma, además, que si se reparten por todo el país entre 30 y 40 plantas de producción, España sería capaz de cubrir toda su demanda nacional. Dado que el potencial de producción es muy superior a la demanda local, con la instalación de más plantas se podrían exportar grandes volúmenes al mercado internacional.

El estudio, además, estima que el impacto en el PIB de la construcción y puesta en funcionamiento de esas 32 plantas de producción sería de 56.000 millones de euros hasta 2050. Eso se traduce en 270.000 nuevos puestos de trabajo. La gran mayoría de ellos se ubicarían en zonas rurales, que es donde están las mayores fuentes de los residuos que se emplean como materias primas para la producción del biocombustible.

Una herramienta contra la despoblación

Iberia asegura que debido al tipo de suelo y a las condiciones climáticas, las regiones con mayor capacidad para producir SAF de origen orgánico en España serían: Andalucía, Castilla y León, Castilla La Mancha, Cataluña, Aragón y Extremadura. Se trata de una oportunidad para mitigar el problema de despoblación de las zonas rurales, además de ser una herramienta para el desarrollo de la España vaciada. «Desde el punto de vista social, poner el foco en las pequeñas localidades de las comunidades en mención, ayudarán a tener una mayor cohesión social y territorial», dice Iberia.

El informe también destaca que el impulso a la industria del SAF supone oportunidades a la economía circular, al tratarse de una solución al creciente problema de la gestión de residuos, ya que «tiene una enorme riqueza en residuos forestales, agrícolas y ganaderos que son los que se emplean para producir el combustible SAF biológico».