Mecánica
¿Conduces despacito para no forzar el motor? Estas son las posibles averías que puede sufrir tu coche
Con la subida de los precios de los combustibles, muchos conductores han decidido dejar de pisar el acelerador para ahorrarse un poco en cada trayecto... ¿Puede ser peor el remedio que la enfermedad?
Cuando pensamos en hábitos de conducción peligrosos, inmediatamente se nos viene a la mente el exceso de velocidad... y tiene sentido. Al fin y al cabo, más de 4.450 personas han muerto durante la última década por conducir demasiado rápido en las carreteras de nuestro país. Sin embargo, conducir demasiado despacio también puede ser realmente peligroso, porque favorece las distracciones al volante. Además, los riesgos de conducir demasiado lento no sólo los pagaremos nosotros y el resto de usuarios de la vía. Nuestro coche también podría llegar a sufrir alguna avería de gravedad si esto se repite con demasiada frecuencia.
Lo barato sale caro
Con la subida de los precios de los combustibles, muchos conductores han decidido dejar de pisar el acelerador para ahorrarse un poco en cada trayecto. Pocos se plantean si circular a muy bajas revoluciones puede ser un remedio peor que la enfermedad. Porque, si bien es cierto que menos revoluciones suponen un consumo menor, también puede provocar la aparición de algunas averías muy caras de solucionar.
Estos son los dos elementos con más papeletas de averiarse:
Válvula EGR
Se trata de un elemento anticontaminación que equipan todos los coches, aunque suele dar más problemas en los coches diésel. La válvula EGR (acrónimo de Exhaust Gas Recirculation oRecirculación de Gases de Escapeen castellano) se abre para dejar pasar a la admisión parte de los gases de escape. Es decir, aprovechar parte del humo de la combustión del motor y reintroducirlo en los cilindros para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno.
Circulando a muy bajas revoluciones y en marchas largas, forzamos la mecánica y hacemos trabajar más a la EGR, por lo que -de conducir así siempre- estaremos continuamente recirculando gases de escape. Gases sucios que obstruirán los conductos del motor igual que el colesterol nuestras venas. Conducir con cierta “alegría” es la mejor solución de evitar averías futuras, a costa de gastar un poquito más en combustible. Y aún así saldría rentable, porque la reparación puede superar fácilmente los 500 euros.
Filtro antipartículas
La misión del filtro antipartículas es la de atrapar todas los remanentes del proceso de combustión, para después, en un proceso llamado regeneración, quemarlos e incinerarlos. Cuando el coche circula a bajas revoluciones, la combustión produce más hollín de lo habitual. Esta carbonilla -irremediablemente- acabará en el filtro. Y si el hábito de conducir demasiado lento se produce con frecuencia, el hollín se irá acumulando más y más. Lo que provocará que el sistema realice muchas más regeneraciones automáticas y que, en consecuencia, se produzca un mayor desgaste... hasta el punto de la avería. El arreglo podría alcanzar hasta los 2.000 euros.
✕
Accede a tu cuenta para comentar