Operación salida
¿Cómo debemos llevar a las mascotas en el coche? Esto es lo que dice la normativa
En el año 2020, RACE realizó una serie de pruebas de choque con monigotes de perros y llegaron a la conclusión de que este es el mejor sistema de seguridad:
En este asunto confluyen dos materias diferentes: por un lado, los referentes a la protección y bienestar del propio animal y, por otro lado, los referentes a la seguridad vial. En consecuencia, las dos normas que debemos observar son la recién aprobada “Ley de protección, derechos y bienestar de los animales”, donde se señala que, en los desplazamientos con animales, el dueño está obligado a atender “las necesidades fisiológicas y etológicas de los animales”, así como asegurarse de que el medio de transporte disponga de espacio y garantice “la seguridad vial y la seguridad” de la mascota durante el trayecto.
Por otro lado, también atenderemos al artículo 13 de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, que establece en su apartado segundo que: “El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencias entre el conductor y cualquiera de ellos.”
Con estas normas en la mano, un agente de tráfico estaría autorizado a imponernos una sanción económica de hasta 100 euros… si considerase que estamos incurriendo en una imprudencia, entendiendo por imprudencia el viajar con un perro en la cabina que no esté correctamente sujeto. Tengamos en cuenta que un perro que viaja en el coche sin ningún tipo de cinturón o arnés de seguridad no sólo significa poner en riesgo la propia seguridad del animal… sino también la nuestra, la del resto de pasajeros del vehículo y la del resto de usuarios de la vía.
El perro no es consciente de que el conductor necesita estar atento a la carretera. Por eso, si no está sujeto por algún tipo de cinturón de seguridad, puede tratar de interactuar con el conductor o puede obstaculizar los elementos mecánicos del vehículo, como los pedales, el volante o los cambios de marcha…. con el aumento del riesgo de accidente que eso implica. Además, también debemos tener en cuenta que -en caso de colisión- un perro de 22 kilos multiplicaría su peso por 35… lo que supone un lastre de hasta 700 kilos volando a toda velocidad por el interior del habitáculo, según los datos facilitados por RACE. Ahora bien, una vez que hemos establecido que el perro debe ir sujeto, todavía falta por determinar cuál es la fórmula idónea para transportar al animal, en función de su fisionomía y de su tamaño.
¿Cuál es la forma más segura de sujetarle?
La primera aclaración que debemos hacer sobre este tema es que no hay una regulación estricta en torno a los sistemas de seguridad para el transporte de mascotas ofrecidos por el mercado. Tal y como explica José María Nacenta, ingeniero jefe de Babyauto, una empresa donostiarra especializada en sistemas de retención infantil, “la bibliografía que hay sobre comportamiento del cuerpo humano en accidentes, que es lo que se usa para diseñar los maniquíes antropomórficos, no existe para animales”.
David Palau, responsable de producto y desarrollo de Babyauto, añade que a nivel regulatorio “no hay nada, no existe una norma, una forma de evaluar qué está bien, cómo se fabrica lo que se vende, etc.” Por eso, desde la propia Dirección General de Tráfico explican que la clave para elegir el sistema de seguridad adecuada es fijarnos es que ha superado positivamente algunas pruebas de impacto.
Por eso, nos vamos a centrar en un estudio que RACE realizó en el año 2020. La investigación se basó en una serie de pruebas de choque con varios monigotes de perros de diferentes tamaños y a diferentes velocidades. De acuerdo con los resultados de las “crash-test” de RACE, de todos los sistemas de retención que se comercializan en el mercado, el transportín es el método más seguro para viajar en el coche con un perro, por encima de otros como los arneses o las rejillas divisorias.
Si la mascota es pequeña (menos de 20 kilos), colocaremos el transportín en el suelo, detrás de los asientos delanteros. Nunca debe colocarse sobre el asiento sujeto por un cinturón de seguridad ya que, en caso de accidente, el transportín destrozará el sistema de sujeción del cinturón… con todo lo que eso supone. Y si el animal es más grande, lo más seguro -tanto para él como para los pasajeros del coche- es que coloquemos el transportín en el maletero, lo más cerca posible del respaldo y de manera trasversal a la dirección de marcha.
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