Opinión

Buena mano o farol

El dilema de Mariano Rajoy: creer que la moción de censura se limita a lo que en el póker se conoce como «farol», o dimitir para evitarla y permitir así la continuidad de un Gobierno del PP.

La tercera opción se antoja inaceptable, mantenerse en la poltrona, que la moción triunfe, y facilite así el ascenso de Pedro Sánchez ¡mamma mia! a la Moncloa.

No conozco al presidente del Gobierno como para predecir su decisión. Por su condición de gallego «no se sabe si sube o baja» y, sobre todo, su talante que pone de los nervios a los demás, le hacen impredecible, característica contraria a la que el pregona de sí mismo. Dicho esto, he de poner en relieve su sabiduría para esto de la política. Por ello, me inclino a pensar que, si sabe que el ataque contra su persona va a prosperar, dimitirá. Del mismo modo, creo que si permanece como presidente, es porque conoce de antemano el fracaso de la maniobra urdida por el líder socialista.

En cualquier caso, me gustaría comprobar el desenlace final. Si no fuera por lo que se juega España, y con ella los españoles, querría comprobar las cartas de las dos partes, como si de una final de póker se tratara, cuando uno de los dos jugadores ha echado el resto, el otro lleva una buena mano y debe decidir si se trata de un farol y por tanto aceptar el envite; o si de verdad piensa que el adversario le supera y opta por la retirada, con la que jamás descubrirá la realidad. Cuestión de horas para constatar el desenlace. Así es la vida.