Opinión

Crema catalana

Lo posible, y hasta probable, es que la mayoría de los españoles no le hayan dado la importancia que han subrayado la clase política y los medios de comunicación a los alborotos en Cataluña a cuenta de un Consejo de Ministros de los de irás y no volverás y un teatrillo de esos que contratas para el salón de tu casa y están de moda. Faltaba que el «no man´s land» para reunir a dos presidentes escénicos se celebrara en el Palacio de Pedralbes, residencia habitual de Franco en sus visitas a la Ciudad Condal; y se consiguió. Reunir Consejos fuera de El Pardo o Moncloa es más viejo que el polvo y a nadie llama la atención.

Hacerlo ahora en Barcelona es otro «efecto especial» con el añadido inadvertido de que Pedro Sánchez se tenga que pasear con miles de policías en tres círculos de protección, lo que resulta bochornoso. Ni el presidente francés, Emmanuel Macron, ha salido así al centro de un París en cólera. Al presidente le han hecho una secuela de «Solo ante el peligro» pero sin Gary Cooper ni Grace Kelly. Este Gobierno, al que debe faltar información, le ha querido bailar la sardana a los separatistas catalanes, bautizando Tarradellas a El Prat y reprobando el consejo de guerra que fusiló a Companys. Como era de esperar ni les han dado las gracias y sí las quejas de no haber consensuado tan modestas decisiones que ni necesitan acuerdo gubernamental.

Tarradellas es respetado por su travesía del desierto, exiliado en Francia con la legitimidad de la Generalitat en el bolsillo, pero fue hasta su óbito firme opositor a Jordi Pujol y todo el secesionismo de su esquizofrenia partida entre la independencia y el dinero. Torra y la compaña de niños mártires hubieran preferido que el aeródromo se llamara Companys.

Puestos a ser generosos que medite Sánchez en la posibilidad de anular la sentencia a 30 años por rebelión que la II República impuso a Lluís Companys. Nada entre dos platos respecto al «problema catalán» que carece de solución conocida y hay que saber conllevarlo sin alharacas como recomendaba Ortega y Gasset en las constituyentes republicanas. Este Gobierno ha ido a Cataluña a repartir crema catalana.