Opinión

Teatro, mucho teatro

La política de Despeñaperros abajo no solo es representativa sino que se representa. Desde el aterrizaje de «Vox» como agua en sartén caliente la constitución de la Junta de Andalucía resulta otro melodrama para la desolada política nacional. La sombra de Juan de Mañara pasea aún por Sevilla, convertido en Don Juan Tenorio, burlador, cantado por Zorrilla, Machado, Apollinaire, Dumas, Merimée, haciendo del beato descuidado un salteador de conventos. El teatro arrolla la realidad y la reinventa.

Puede que a Santiago Abascal le haya subido la bilirrubina de los 400.000 votos pero lo probable es que se haya aventurado a un trompetazo para ocupar espacios en los telediarios. Se equivocaría «Vox» si estima que repetir las elecciones aumentaría su flotante caudal de votos y sus últimas propuestas solo sirven para que su populismo sea travestido de fascismo y para consolar a Susana Díez. Abascal no es Don Juan sino Mañara, hará Presidente a Moreno Bonilla y después peleará la legislatura ley a ley. Su propuesta parece redactada por un provocador poco versado en la administración del Estado. La expulsión de migrantes ilegales es competencia de Grande Marlaska y no asunto territorial, como hacer festiva la toma de Granada es un buñuelo de viento.

Devolver al Gobierno Sanidad, Educación, Justicia y Policía suena muy alto pero es algo que se susurra en otras Comunidades desbordadas o incapaces. Donde «Vox» da un puñetazo al avispero es con la derogación de leyes de discriminación positiva para mujeres y demás sexos. Carmen Calvo y la incombustible ministra de Justicia han adelantado que la ley de Violencia de Género no se toca, como si fuera «permanente e inmutable» como los Principios del Movimiento, y es que estas damas tienen fama de parlanchinas. Aún así, mala costumbre la de derogar evitando la trabajosa decisión de reformar. Podemos es un decorado de ultraizquierda y «Vox» debuta como otro populismo. Fuera de Argentina Madrid dedicó una avenida a Perón (con busto) y un parque a Evita. Será que eso de ofrecer soluciones fáciles a problemas graves lo llevamos en la masa de la sangre.