Opinión

Paz..

El miércoles celebramos el Día Internacional de la Paz, día por cierto que recordamos siempre el doble crimen que quedó en la retina de los enfermeros, policías, periodistas, amigos y vecinos que vieron en el suelo, ya sin vida y cogidos de la mano, al matrimonio formado por Alberto Jiménez Becerril y Ascensión García Ortiz. Este año, además de la conmemoración de este asesinato a manos de la banda terrorista ETA, nuestro amigo Cipri Quintas (El libro del networkig), hizo un sentido homenaje al querido Padre Ángel donde cientos de personas pusieron en alza la solidaridad y el superpoder del homenajeado: ayudar. Me emocionó cuando a la pregunta: ¿existen los milagros? El Padre Ángel contestó que todo es un milagro.

También tuve el honor de moderar el foro Luis de Carlos: Deporte y Diplomacia, organizado por la Fundación Real Madrid, donde escuchamos palabras de aliento como que el deporte acerca pueblos, promueve la no discriminación, la paz... y el Embajador de Corea del Sur, donde la Fundación desarrolla Campus educativos cada verano, contó los avances hacia la paz y la libertad, gracias al deporte: las dos Coreas, que ya han participado en eventos deportivos conjuntamente, presentarán su candidatura juntas para albergar los Juegos Olímpicos de 2032.

Otro avance hacia la paz es poner freno a vivir bajo amenaza, como consiguen las denuncias falsas. Por desgracia, la discriminación positiva a favor del sexo femenino (dada por el alarmante número de hombres que ejercen la violencia contra quienes creen de su propiedad) ha supuesto que mujeres sin moral amedrenten a sus parejas o las chantajeen a cambio de retirar la falsa denuncia. Una denuncia, por cierto, que le puede hacer acabar entre rejas aunque sea inocente. Pues el Tribunal Supremo impone penas de cárcel por denuncias falsas en casos de maltrato. Antes se castigaba con multas, ahora la pena por falso testimonio parte de un mínimo de un año de cárcel y puede llegar hasta los tres, además de ir acompañada de multa.

Todo lo que sea necesario por vivir en paz.