Perdonar

No suelo ver la televisión y por lo tanto tampoco recomendar programas pero el «Chester» de esta noche, creo que no deberían perdérselo.

España necesita escuchar a Juan Carlos Quer. Su hija, Diana, desapareció en agosto de 2016. Un año y medio después, su cuerpo fue encontrado en un pozo. Como él dice: «El presupuesto para el perdón es que haya arrepentimiento. Y de momento en ese individuo, por calificarlo de algún modo, ese presupuesto no se ha cumplido».

Su lucha ahora es que no se derogue la prisión permanente revisable. Me sumo porque esta pena excepcional para casos de extrema gravedad, como asesinar a menores, debe frenar la intolerable sangría (violencia machista, abusos sexuales, maltrato infantil, acoso escolar...). En más de la mitad de las denuncias por abusos sexuales, la víctima es menor de edad.

Juan Carlos afirma que «hay que establecer la certidumbre de que antes de que se les ponga en libertad o de que se aplique un tercer grado penitenciario, este tipo de individuos estén rehabilitados de modo efectivo. Si no, no deben de salir. Por sentido común». Completamente de acuerdo. También quiero agradecer a Risto Mejide su particular homenaje a las víctimas de ETA. Porque olvidar es, efectivamente, volver a asesinar a todas esas personas inocentes que ya no están.

Creo que quien puede perdonar es la víctima, libremente, del mismo modo en que decide albergar sólo buenos sentimientos. Pero la justicia ha de impartir justicia.

No puedo terminar sin volver a recomendarles la película de Juan Manuel Cotelo «El mayor regalo», que está actualmente triunfando en Iberoamérica y en muchos países europeos. Una película que cambia la vida de las personas porque es una buena sacudida emocional para quienes necesiten perdonar o ser perdonados... ¿quién no?

Yo también pido perdón: a la vida por los momentos en los que no la exprimí lo suficiente o no la viví intensamente y perdono todo aquello que haya podido desestabilizarme, porque es lo que me ha fortalecido y más me ha enseñado.