Opinión

Pederastia

Coherente con lo que anunció en su discurso de clausura de la cumbre vaticana sobre la protección de menores Francisco emitió el viernes dos decretos-ley (que en el argot vaticano se llaman «motu proprio») para endurecer la legislación vigente y reprimir los crímenes de la pederastia clerical.

A partir del 1 de junio será obligatorio denunciar a la autoridad judicial todo caso de abuso sexual sobre menores o personas vulnerables (excluido, claro está, el secreto de confesión); en segundo lugar la prescripción de estos crímenes que antes era sólo de cuatro años a partir de la mayoría de edad de las víctimas se eleva ahora a veinte años; por fin los culpables de actos tan criminales serán destituidos de todos sus cargos y se les impondrán las penas pertinentes.

Estas leyes se aplicarán en el Estado de la Ciudad del Vaticano y en las Nunciaturas de la Santa Sede, pero es obvio que deben servir de modelo y pauta para que se apliquen en todas las diócesis del mundo.

En uno de los apartados de estos decretos se prohíbe a todos los agentes de pastoral establecer una relación preferente con un menor de edad, hacerle regalos que les discriminen del grupo o fotografiarle sin el consentimiento de sus padres o tutores así como asegurarse de que no entren o permanezcan en lugares que escapan a todo control.