Opinión
Reforma
Apenas elegido Papa Jorge Mario Bergoglio anunció la creación de un Consejo de Cardenales para ayudarle en la reforma de la Curia y el gobierno de la Iglesia Universal. Este organismo inicialmente contaba con ocho representantes de los cinco continentes; a ellos se unió más tarde el Secretario de Estado Parolin. A finales de 2018 cesaron tres y por eso ahora se le conoce como el «C 6».
En su última reunión del mes de abril entregaron al Papa el proyecto de Constitución Apostólica que reforma la «Pastor Bonus» de san Juan Pablo II promulgada en el 1988. La nueva lleva el título programático de «Predicad el Evangelio» y está siendo sometida ahora a examen por los Presidentes de las Conferencias Episcopales.
El semanario «Vida Nueva» ha revelado las principales novedades de este documento reformador. En la cúspide de la renovada Curia Romana estará un superministerio centrado en la Evangelización que asumirá la histórica «Propaganda Fide» y el Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización creado por el Papa Wojtyla. Pierde así su primacía la Congregación para la Doctrina de la Fe – el ex Santo Oficio, sucesor de la Inquisición– que desde siglos ocupaba el primer puesto en el organigrama eclesial. Cambio muy significativo, «el anuncio antes que la norma» como escribe el editorialista de «VN».
La Iglesia existe para anunciar el Evangelio de Jesucristo, esa es su misión esencial y a ella tienen que ajustarse todas las instituciones eclesiales comenzando por la Curia Romana tan necesitada de reformas no sólo jurídicas sino sobre todo mentales.
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