Opinión

Paloma de plata

Quiero felicitar a todas las madres en este primer domingo de mayo, un día tan especial para todas las que nos encargamos de transmitir a nuestros hijos lo más importante: amor y fortalezas humanas como la valentía, la perseverancia, la importancia de la justicia, la capacidad de perdonar, el sentido del humor, la humildad, la espiritualidad, el esfuerzo, la generosidad... porque de eso se trata ser madre, y por supuesto también ser padre: de fortalecer emocionalmente a nuestros hijos e inculcarles todos estos valores tan vitales como determinantes para transitar por la vida.

Esta labor tan especial, que desemboca en beneficios para toda la sociedad porque supone traer al mundo a ciudadanos comprometidos, responsables y pacíficos, es la que también llevan a cabo muchos profesores vocacionales como mis queridos Santi y Trini quienes desde hace ya 19 años cada año organizan en Sevilla las emotivas jornadas: Escuela Cultura de Paz. Quieren, a través de testimonios inspiradores y con sus premios «Paloma de plata» a referentes sociales, deportistas, cantantes, artistas...que jóvenes, especialmente los que lo tienen menos fácil, imiten comportamientos cívicos y solidarios para que desaparezcan de una vez todo ese tipo de noticias terroríficas protagonizadas por jóvenes y adultos irresponsables, despiadados, dañinos...

Este maravilloso proyecto ha conseguido transformar la vida a cientos de jóvenes gracias a estos activistas por la paz, a grandes encuentros deportivos y musicales y a personas reconocidas y ejemplares que les apoyan y en los que pueden verse reflejados estos adultos del mañana. Algunos de los premiados fueron Maggie Civantos, Antonio José, David Otero, Gervasio Iglesias...

Tuve el honor de entregar la Paloma de Plata al futbolista Marc Bartra, quien resaltó la importancia de dejar un mundo mejor del que nos encontramos, y a Frank Cuesta, cuya lucha por intentar educar a las nuevas generaciones y ayudar a los animales, que como siempre recuerda: no tienen abogados, no se ha visto empañada por todos los obstáculos y dificultades con los que cada día se encuentra.

Gracias por ser un auténtico referente.