Opinión

Arriolos somos

He escrito en cuatro o cinco ocasiones en las páginas de La Razón que en la humanidad hay tres enigmas sin resolver. Quién o quiénes asesinaron a Kennedy, a cuántas operaciones faciales y estiramientos de papos se ha sometido Julio Iglesias, y cuánto cobraba Arriola a cambio de hundir al Partido Popular. Gracias a Carmen Morodo, Adjunta al Director de La Razón y brillante periodista, se ha resuelto el tercer enigma. Durante decenio y medio, he preguntado a todos los dirigentes del PP que pasaban por nuestro periódico para intervenir en «La Razón de...» – un 90% de los comparecientes– por la cuantía dineraria que ingresaba el PP en la cuenta corriente de la sociedad de Arriola – respetada por Montoro, como es justo y necesario–, y ninguno sabía de qué iba la cosa. Ni Rajoy, ni Soraya, ni Montoro, ni Cospedal... tenían información al respecto. Y al fin se sabe, y alguien se atreve a escribirlo y publicarlo. El cuarto enigma se descifró recientemente y no viene al caso el regodeo. Alguien dijo que en el chalé de los Iglesias-Montero en La Navata, Galapagar, Parque Nacional del Guadarrama, se habían introducido ardillas provenientes de otros bosques. Después de un largo estudio científico-naturalista, se llegó a una conclusión no concluyente y menos aún, concluida. Que los ejemplares de ardilla roja o común, la «sciurus vulgaris», son naturales de La Navata, en tanto que los individuos detectados de ardilla gris, «neosciurus carolinensis», eran consecuencia de una introducción no autorizada pero avalada por Pacma. Los defensores de las ardillas grises celebraron la resolución compartiendo con la gente su alegría.

Arriola fue tesoro descubierto por Aznar y heredado por Rajoy. Gracias a sus estrategias, el PP ha pasado de estar respaldado por casi 11.000.000 de votos a recibir el respaldo de 4.356.023 papeletas en las últimas elecciones. Según fuentes del PP, la disminución de votos peperos y la aparición de Vox y Ciudadanos en la escena política nacional son debidas a las inteligentes y gráficas estrategias de Arriola, a las influencias de Moragas y a la gozosa aceptación de las mismas por parte de Soraya y de Rajoy. El arriolismo, formado en su cúpula por Arriola y su esposa Celia Villalobos, escondió los principios del PP, renunció a «molestar a la izquierda», instituyó la debilidad y la cobardía en las decisiones políticas y colaboró brillantemente a que el PP perdiera más de 6.000.000 de votos. Pero el PP tiene que mostrarse agradecido a Arriola, porque sus excepcionales resultados estratégicos apenas agrietaron las arcas del Partido Popular. Arriola, según fuentes surgidas de la calle Génova, sólo facturó al PP por 30.000.000 de euros, aproximadamente, a cambio de desvirtuarlo. Treinta millones de euros son 5.000 millones de las antiguas pesetas, es decir, calderilla.

Parece ser que Casado no tiene intención de seguir contando con la asesoría, asistencia y las estrategias gráficas –creo que sus gráficos eran preciosos y rebosados de colorines–, del «gurú» de Aznar y de Rajoy. Un grave error de Casado, por cuando de seguir contando con el asesoramiento profesional de la sociedad – Arriola y una secretaria–, del gran sociólogo mercadotécnico, en unos pocos años pasaría el PP de contar con 4.356.023 votos a tener unos 2.000.000 aproximadamente. Conseguir ese desmoronamiento del PP a cambio de un millón de euros cada año, no puede considerarse un fracaso. Es más, opino desde mi humildad, que es logro merecedor de un homenaje con bandeja de plata grabada y palabras emotivas de Aznar y de Rajoy. Si Soraya aceptara intervenir, sería la bomba.

Pero al fin y al cabo, enigma resuelto gracias a Carmen Morodo y a La Razón, que se ha atrevido a publicar los modestos datos. El «centro líquido» propugnado por el sociólogo y que ha hundido al PP se liquidó –lógico–, por sólo 30.000.000 de euros. Me pido tarjeta para la cena-homenaje.