Opinión

Falsa segunda vuelta electoral

Las elecciones europeas, autonómicas y municipales de hoy no son ninguna segunda vuelta de las del 28-A. El PSOE ganó en las generales y con mas o menos comodidad, con o sin Pablo Iglesias en el Gobierno, gobernará los próximos años. Es inevitable y nada de lo que suceda hoy en las urnas lo cambiará. No obstante, el resultado influirá en los equilibrios en la izquierda y determinará el futuro inmediato del centro derecha. Pedro Sánchez, en cualquier caso, seguirá en la Moncloa e incluso podrá consolidar su poder. Los socialistas tienen bastante que ganar y muy poco que perder y si logran el Gobierno de la Comunidad de Madrid habrán hecho bingo y ahondarán la crisis del centro derecha.

El PP, como ocurrió con la derecha monárquica en 1931 y recuerda ahora García Margallo, puede ganar las elecciones municipales por número de concejales. Incluso puede resistir en feudos históricos, como la Comunidad de Castilla León. Sin embargo, como en 1931, el efecto escaparate de los resultados en algunos lugares será decisivo. La gran batalla es la de Madrid. Decidirá el futuro inmediato del centro derecha y puede dirimirse por un puñado de votos, es decir, casi por azar. Pablo Casado, en cualquier caso, sobrevivirá al frente del PP. Si los populares resisten y siguen al frente de la comunidad madrileña, que es su gran reto en estas elecciones, saldrá reforzado. Si, por el contrario, Ciudadanos logra el «sorpasso» en Madrid, gobierne o no gobierne, la situación del PP se complicará pero, más allá de las críticas, tampoco aparecerá nadie que dispute ahora a Casado –tampoco Núñez Feijóo que, por edad, tiene memoria viva de Landelino Lavilla– el liderazgo de un partido en una situación muy complicada como segunda opción del centro derecha. Por otra parte, la tentación de votantes, militantes y dirigentes de cambiar de filas puede ser irresistible, aunque el largo desierto que tiene por delante el centro derecha quizá calme a los impacientes. Rivera, a pesar de todo, si cree que es factible, intentará jugar esa baza, incluida la búsqueda de deserciones en el grupo parlamentario popular, porque las europeas, autonómicas y municipales tampoco cambiarán el que el PP tenga más diputados que Ciudadanos. La cita de hoy en las urnas vuelve a ser decisiva, pero no es ninguna segunda vuelta de las generales –el arrepentimiento de algunos votantes es estéril– y Sánchez seguirá en la Moncloa, aunque eso tampoco justifica ahora votar con frivolidad.