Opinión

Pablo Casado, de pantalla a pantalla

Pablo Casado, cada día más consolidado como líder de la oposición, trabaja sin prisas, «pantalla a pantalla», que es otra versión del «partido a partido» de Simeone que, sin embargo, lleva casi tanto tiempo al borde el éxito absoluto –en su caso la Champions– como Albert Rivera, aunque siempre se queda con la miel en los labios. El líder del PP tiene ahora el tiempo del que no dispone el de Ciudadanos y quién sabe si el entrenador atlético. La «pantalla» de Casado –concepto impensable en el estilo de Rajoy– muestra la espera ante la investidura o no de Pedro Sánchez y las negociaciones para el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Las exigencias de Vox, inasumibles para el partido de Rivera, pero también para el PP, han enrarecido el ambiente. Además, para enrevesar todo algo más, Ciudadanos ha decidido que el transfuga Ángel Garrido, ex presidente madrileño con el PP, sea uno de los negociadores de los naranjas. No puede ser una casualidad, porque Garrido fue quien destituyó como viceconsejera de Justicia a Isabel Díaz Ayuso, la lideresa popular madrileña y aspirante a la presidencia de la Comunidad. El socialista Ángel Gabilondo, partidario de subir impuestos para dar ejemplo aunque apenas se recaude, ha visto una oportunidad y se autopropone como candidato, con el apoyo de Errejón. Juan Trinidad (Cs), presidente de la Asamblea de Madrid, es quien tiene la facultad de proponer un candidato, y cuando fue elegido, con los votos del PP y de Vox, adquirió el compromiso de que Díaz Ayuso sería la candidata. Vox lo ha complicado todo y estira la cuerda todo lo que puede, pero su ya menguante electorado –y menos el de Madrid– no entendería que Gabilondo presidiera la Comunidad de Madrid, en donde los asuntos fiscales son decisivos. Tampoco tendrían fácil explicarlo en Ciudadanos –aunque es otra historia– si Rivera se mantiene en el «no» a Sánchez. Por eso, Casado espera paciente en esta pantalla, mientras se prepara sin prisas para las próximas. La siguiente será la investidura o no de Sánchez, luego vendrá la organización definitiva del Grupo Parlamentario en el Congreso, Cayetana sí, Cayetana no. Y más adelante, otras de envergadura. Navarra Suma ha sido un éxito. Puede repetirse en otros lugares. Además, socialistas y populares tienen pendiente una conversación sobre la Ley electoral, que evite bloqueos o que los minoritarios puedan decidar. Casado, pantalla a pantalla. A Sánchez tampoco le disgusta.