Opinión
Trump es un peligro; los ayatolás, más
Los árboles del enredo de la gobernanza de la Unión Europea, con Borrell de nuevo jefe de la Diplomacia comunitaria, y las miserias políticas nacionales –incluidas las autonómicas–, a la espera de la sesión de investidura del 22 de julio, fecha decidida por Pedro Sánchez y anunciada por Meritxell Batet, ocultan otros grandes bosques mundiales, en peligro de incendio catastrófico inminente. Mientras Albert Rivera descarta reunirse con el presidente del Gobierno, aunque sea en funciones, el Irán de los ayatolás acaba de superar la cantidad de uranio enriquecido (UH6) que le permite almacenar el acuerdo nuclear, el PAIC (Pacto de Acción Integral Conjunto), suscrito en 2015.
Borrell tiene mucho trabajo por delante y, más allá de lo que signifique para España –un éxito sin duda–, se juega su propio prestigio, porque hereda una auténtica patata caliente, que requiere «tener lo que hay que tener», tanto él como el resto de líderes europeos que deberán respaldarlo. El PAIC, suscrito por Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia, China, Francia y Alemania, levantaba las sanciones internacionales al régimen de Teherán a cambio de una serie de limitaciones en el progama nuclear iraní y del compromiso de no almacenar más de 300 kilos de uranio enriquecido. Irán, sin embargo, según documentos –«el Archivo Nuclear»– descubiertos por la inteligencia israelí en abril de 2018, había encontrado una manera de saltarse el espíritu de ese acuerdo y mantenía en secreto un programa de armas nucleares.
Trump, siempre imprevisible y siempre «peligroso», decidió abandonar el PAIC y reintroducir las sanciones al Irán de los ayatolás que, al verse descubiertos, doblaron su apuesta con amenazas a la seguridad de los petroleros que cruzan la zona, hasta llegar al confuso incidente de un ataque hace unas semanas. Trump, entonces, estuvo a punto de atacar Irán, pero en el último momento alguien logró convencerle que lo último que debían hacer los Estados Unidos era iniciar una guerra.
Ahora, los ayatolás intentan que el resto de la comunidad internacional mantenga abierta una vía financiera al margen del dólar, sin que eso signifique que renuncien a sus planes nucleares, añadidos a sus otros proyectos armamentísticos. Irán, de hecho, posee el arsenal más grande de Oriente Medio, con miles de misiles de corto y largo alcance, incluidos los de la serie Shahab, todos capaces de portar cabezas nucleares. Trump es un peligro, sin duda, pero los ayatolás que gobiernan Irán lo son mucho más. Borrell, si quiere, claro, tiene trabajo.
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