Opinión

Iglesias escribe su biografía

Pablo Iglesias está concentrado en «escribir» su propia biografía, apunta uno de los exégetas, a veces crítico, del líder de Unidas Podemos, decidido a tensar la cuerda y a que Pedro Sánchez tenga que ceder si no quiere retrasar su investidura a septiembre, como poco. «Escribir su biografía» no significa, ahora, preparar un libro, sino construir un relato coherente que le permita culminar su peripecia política, una vez que el político radical, ahora con piel de cordero, es consciente de que los cielos están demasiado altos para que él los asalte con éxito. El inquilino de la Moncloa hará lo imposible para impedir que Iglesias se siente en el Consejo de Ministros y todo indica que lo conseguirá. La consulta tramposa a las bases –votarán lo que él quiere, porque por eso les pregunta–, «las inscritas y los inscritos», orquestada por «el coletas» es un chantaje que Sánchez no puede aceptar. Consciente o no, el jefe podemita, se ha colocado a sí mismo y de alguna manera al presidente en funciones ante una especie de versión política del «dilema del prisionero», que demuestra que que «dos personas pueden no cooperar incluso si ello va en contra del interés de ambas». Las encuestas, cocinadas o no por el ínclito José Félix Tezanos, que fue la mano derecha demoscópica de Alfonso Guerra –conviene no olvidarlo– son adversas para Podemos, pero tampoco presagian un desplome absoluto. Iglesias está convencido de que en otras elecciones, la fuerte abstención prevista, le beneficiaría. En una nueva campaña, olvidaría los consejos de moderación de su asesor Paolo Gentile y volvería al radicalismo extremo para consevar su clientela más fiel. Poltrona en el Gobierno o elecciones. Órdago a todo o nada y, si no sale, habrá construido su biografía.