Opinión
Esperpento riojano gran reserva
Raquel Romero, diputada de Unidas Podemos en el Parlamento de la Comunidad de la Rioja, disfrutó ayer su momento de gloria, esperpéntico y pasajero. La única parlamentaria podemita riojana impidió que la socialista Concha Andreu fuera elegida presidenta. El PSOE riojano tiene 15 escaños, frente a 12 del PP, 4 de Cs, uno de de Izquierda Unida (IU) y otro del partido de Iglesias. Los socialistas necesitan otros dos escaños para la mayoría absoluta. IU, aunque sea con reparos, ha apoyado a Andreu, pero la representante de Unidas Podemos, que reclamaba ¡tres consejerías! –con un escaño y el 3,3% de los votos– se ha negado. Es probable que ceda antes o después, porque hasta Iglesias ve absurdas sus exigencia, pero Romero ha dejado servido un esperpento «gran reserva» en zona vitivinícola por excelencia. Todo democrático y legal, pero de legitimidad dudosa. Tampoco es lógico. Es la consecuencia de un sistema electoral que pudo ser válido, pero responsable del multipartidismo actual y del bloqueo político. Además, es injusto y no es una excepción. En la Rioja todo depende de un diputado y el 3,3% de los votantes. En Canarias ha decidido la Agrupación Socialista Gomera, de Casimiro Curbelo, que con el 0,7% de los votos –6.125 sufragios sobre un total de 903.106– logró 3 diputados. En el Congreso de los Diputados no se ha llegado a esos extremos, pero podría ocurrir que todo dependiera del único diputado del PRC de Revilla, con 52.197 votos de los 26,36 millones de toda España. Hay muchas interpretaciones, pero solo las esperpénticas, bajo los efectos de un gran reserva o de un cosechero peleón, defienden que la voluntad de los electores sea que decida Romero en La Rioja, Curbelo en Canarias o Revilla en España. Pedro Sánchez y Pablo Casado trataron el asunto en su última reunión y coincidieron en la necesidad de hallar una solución. Defienden, sin embargo, opciones diferentes. Sánchez propone reformar el artículo 99 de la Constitución para facilitar las investiduras. Casado reclama una prima de mayoría al partido más votado. Ambas fórmulas tienen más inconvenientes que ventajas, pero urge encontrar una solución que impida esperpentos como el riojano gran reserva de Raquel Romero, que además invocó con, escaso tacto, la fábula de «la zorra y el cabrón» de Esopo, sin explicar la moraleja que, en teoría, dice que antes de comprometerse a algo hay que pensar en cómo salir del trance sin tener en cuenta ofertas dudosas.
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