Opinión

BBVA: La venganza de Neguri

Emilio de Ybarra, el banquero que era «buena gente», no podrá verlo, pero todo indica que, aunque quizá tarde, la larga mano de la «justicia poética», a través de la Justicia con mayúsculas, cerca cada vez más a quien buscó –y casi logró– su muerte civil, Francisco González (FG), presidente del BBVA hasta hace unos meses y ahora a las puertas de los juzgados. Pedro Luis Uriarte, número dos de Ybarra en la entidad financiera y el mejor ejecutivo bancario de su generación, lo escribió el viernes –también en este diario–, «quien a hierro mata, a hierro muere». El mismo viernes, en la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes de Las Arenas-Guecho, el funeral del banquero se convirtió en un enorme homenaje, sincero, a su figura y en la escenificación de algo así como una «venganza metafórica» de Neguri contra FG, «el farisaico» –en palabras de Uriarte– que no solo se hizo con el buque insignia de la tradición industrial y financiera del País Vasco, el BBV, luego devenido en BBVA, sino que también dejó a Ybarra a las puertas de la cárcel, aunque –cuando las reparaciones eran imposibles– fuera exculpado de todo por los tribunales.

El funeral de Emilio de Ybarra también fue un semillero de rumores, en el que miembros de las históricas familias de Neguri que durante años controlaron el BBV soñaban con recuperar poder e influencia en la entidad, porque la crisis de las supuestas escuchas telefónicas pasará factura a FG y es probable que afecte al Consejo de Administración, en el que casi nadie tiene garantizada la continuidad. El sueño de los nostálgicos de Neguri circulaba por los bancos del templo de Las Arenas, quizá como otra oración por Ybarra, pero incluso los más entusiastas sabían que era imposible. Hablaban de Javier Echenique, que fue par de Goirigolzarri, ambos preteridos por FG, como «esperanza blanca», pero solo era otro ejercicio estéril. El BBVA nunca será lo que soñó Ybarra, ni las grandes decisiones volverán a tomarse en Bilbao. Sin embargo, tampoco quedará mucho de FG, acabe como acabe con la Justicia. El futuro del BBVA, un banco sin dueño, con Fondos de Inversión como accionistas principales, es una incógnita. El Banco Central Europeo (BCE), como supervisor, tiene mucho que decir. Habrá cambios y serán importantes. Para algunos será lo más parecido a la venganza de Neguri, aunque sea en versión de «justicia poética». Navegante ya en el más allá de los banqueros, Emilio de Ybarra sonríe.