Opinión
Montcada
Los franquistas fusilaron a 3.358 republicanos en Cataluña (la mayor parte por delitos de sangre). Los pistoleros de Companys asesinaron a 8.352 catalanes inocentes entre julio de 1936 y mayo de 1937. Companys tiene calles dedicadas a toda Cataluña. La Generalitat financia la pseudomemoria histórica, que persigue implacablemente cualquier atisbo de franquismo que se relacione con la «españolidad», mientras ignora deliberadamente los crímenes cometidos por los dirigentes de ERC, y se silencia el papel fundamental que desempeñó Companys y sus secuaces, en el inicio de la guerra civil y en el pogromo que se desencadenó sobre políticos y dirigentes desafectos al régimen republicano. En Paracuellos del Jarama, lugar de ejecuciones masivas durante la guerra civil efectuadas por los comunistas del PCE, se calcula que fueron asesinadas unas 4.000 personas, según los documentos de la Causa General.
Los presos fueron extraídos de las prisiones mediante listas elaboradas por la Dirección General de Seguridad y, en ocasiones, firmadas por Segundo Serrano Poncela, el delegado de Orden Público de la Consejería de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid que estaba encabezada por Santiago Carrillo Solares. Mucho se ha hablado y escrito sobre Paracuellos y las responsabilidades de los líderes republicanos. Paracuellos resta como auténtica memoria histórica de lo que representó el marxismo en España. Sin embargo, de los asesinatos cometidos en Montcada i Reixac prácticamente nadie habla, y ni siquiera durante el franquismo se tuvo en consideración exhumar los cadáveres de cientos de catalanes asesinados en las tapias del cementerio.
La mayoría eran miembros de la «Lliga regionalista», sacerdotes catalanistas o militantes carlistas. En Montcada se ejecutaron un mínimo de 1.155 catalanes. Probablemente fueron muchos más. El primer crematorio de cadáveres no lo inventaron los nazis, sino los nacionalistas catalanes en la fábrica de «cementos Asland», donde cientos de «fascistas» fueron incinerados y sus restos desaparecieron para siempre. Los primeros asesinatos se produjeron el 25 de julio de 1936, serían cuatro hermanos de las Escuelas Cristianas, luego serían cientos, entre agosto de ese año hasta mayo de 1937. Mientras se cometían estos crímenes execrables, nunca condenados por la Generalitat, el alcalde de Montcada y dirigente de «Esquerra Republicana de Catalunya», Alfons Boix i Vallicrosa, no sólo no impidió el asesinato, sino que los alentó.
Hoy en día, en Montcada, permanece intacta la fosa común más grande de la violencia republicana, con más de 700 cadáveres sin identificar, mientras el llamado «Memorial democràtic de la Generalitat» se dedica exclusivamente a la revancha ideológica, arrancando cruces y señales «franquistas» e invirtiendo millones de euros en buscar desesperadamente fosas de soldados republicanos. En Montcada no existe ninguna inscripción ni panel informativo que señale el lugar dónde están sepultados estos «fascistas» desconocidos. En Montcada, en las paredes de su cementerio, todavía está marcado a sangre y fuego el odio separatista. Montcada debe ser rescatada para la memoria histórica de lo que fue capaz de hacer el nacionalismo de ERC con sus aliados anarquistas y comunistas. La historia se repite, el silencio y el olvido para las víctimas inocentes mientras se ensalzan a sus verdugos.
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