Opinión

Floreros

Nos han hecho creer que «detrás de todo gran hombre hay una gran mujer». No obstante, las grandes mujeres no suelen estar detrás de ningún hombre, sino en el lugar que ellas han creado para sí mismas. Ha tenido lugar la cumbre del G7, y excepto Angela Merkel, el resto de los asistentes eran hombres y, obviamente, les acompañaban sus consortes. La «gran» mujer detrás de ese «gran» hombre suele ir bien vestida, y tan solo se relaciona con las otras consortes, a excepción del marido de Merkel al que, al menos yo, no vi entre las consortes.

Si es cierto que detrás de un «gran hombre» hay una «gran mujer», ¿cómo es que existe la creencia generalizada de que las mujeres inteligentes están solteras porque abruman a los hombres? Han florecido los movimientos feministas que defienden, supuestamente, a la mujer. Empero, ¿cómo casa esto con las imágenes de mujeres ejerciendo de «florero-consorte»? ¿Acepta una mujer inteligente, capaz de crearse y/o ganarse un puesto en la sociedad, el ejercer de consorte sin derecho a expresarse y dar a conocer la vida inteligente que mora en su interior?

La igualdad asienta sus raíces en la forma de pensar (creencias) y, a juzgar por las evidencias, no parece que el mundo crea que las mujeres pueden ser tan inteligentes, capaces y merecedoras de ostentar el liderazgo-poder como los hombres. ¿Estamos preparados, como sociedad, para la Igualdad con mayúsculas? ¿Qué opinan las mujeres con vocación de lideresas? ¿Están dispuestas a arriesgarse a pasarse la vida sin el amor de pareja a cambio del poder o, en verdad, es solo una «cortina de humo» disuasoria que usan los machistas para eliminar a la competencia? Las creencias dan forma a nuestra realidad. Por consiguiente, empecemos por eliminar aquellas barreras que promueven y disculpan la existencia de «floreros».