Opinión

Bartolomé

El Patriarca Ecuménico de Constantinopla es la más alta autoridad histórica de las Iglesias Ortodoxas. Es el «primus inter pares» (primero entre iguales) de todos los patriarcas de la Ortodoxia. Aunque no tiene jurisdicción sobre ellas porque sus iglesias son autocéfalas, es decir cada una se gobierna autónomamente, ejerce una autoridad moral que todas le reconocen.

Bartolomé se llama en realidad Dimitrios Archontonis porque es griego de nacimiento (febrero de 1940) aunque ha vivido siempre en Estambul. Hizo su servicio militar en el ejército turco con el grado de subteniente. Realizó sus estudios teológicos en el Pontificio Instituto Oriental de Roma, en el Instituto Ecuménico de Bossey (Suiza) y en la Universidad Gregoriana de la Ciudad Eterna donde obtuvo el Doctorado. Fue ordenado sacerdote en 1969; en el 1990 fue nombrado metropolita de Calcedonia y miembro del Santo Sínodo. Un año después fue elegido Patriarca Ecuménico de Constantinopla.

Bartolomé es un griego sabio y prudente y ha dado un impulso extraordinario a las relaciones con la Iglesia Católica y los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Con este visitó en abril del 2016 el campo de refugiados de Morias en la isla griega de Lesbos demostrando su sensibilidad al problema de los emigrantes y refugiados de todo el mundo. Este mes de junio Francisco entregó a la Delegación del Patriarcado que acudió a Roma, como todos los años, para la festividad de los Apóstoles Pedro y Pablo un relicario que contiene siete fragmentos del esqueleto del Príncipe de los Apóstoles. Un gesto que Bartolomé ha definido como «punto crucial» en las relaciones católico- ortodoxas.