Opinión
La fórmula "un poco chapuza" de Tezanos
José Félix Tezanos baraja varias fórmulas para sortear los bloqueos políticos. El presidente del CIS, genio y figura, admite sin embargo, que alguna «es un poco chapuza», aunque funciona. El sociólogo plantea, en primer lugar, una reforma del artículo 99 de la Constitución y que, como en los Ayuntamientos, gobierne la lista más votada si no hay acuerdo. Es la favorita de Sánchez, como adelantó La Razón. El problema es que requiere un cambio constitucional. Además, tampoco garantiza la aprobación de los Presupuestos ni la acción del Gobierno «y un país que no tiene Presupuestos camina cojo». La segunda opción aprovecharía el que la Constitución permite que haya hasta 400 diputados. Plantea, como ya se ha ensayado en Grecia –el locuaz García Margallo también se la propuso a Rajoy–, adjudicar los 50 nuevos escaños, como mayoría de refuerzo, al partido ganador. «Es un poco chapuza, pero funciona», comentó el propio Tezanos esta misma semana en una reunión, con un grupo de profesionales multidisciplinares. Tal vez por eso, recomienda lo seguro: votar a los partidos con más opciones de gobernar. Y en su caso, eso significa el PSOE. Tezanos valora una tercera opción, pero es más enrevesada. Consistiría en repartir los votos no aprovechados para obtener escaños por cada uno de los partidos para lograr una representación adicional. Hay un inconveniente. Tampoco es constitucional y, además, sería liosa para los ciudadanos. El presidente del CIS, en pleno «veroño» de octubre, también desgranó algunas ideas sobre el futuro de las democracias y se preguntó, con el ejemplo alemán al fondo, en donde los partidos de la «Gran coalición» ha retrocedido electoralmente «¿Por qué fracasan las coaliciones?». La conclusión es que los dos partidos, los conservadores de Merkel y los socialdemócratas, tras años de busca estéril de un líder convincente, están muy gastados. El sociólogo, que fue la mano derecha demoscópica de Alfonso Guerra, plantea la «adaptación de los modelos democráticos a la nueva situación» y recuerda que «en la vida cotidiana no rige la regla de la mayoría absoluta», sino en que muchos ámbitos se toman decisiones, aceptadas en líneas generales, por mayorías minoritarias. Por eso explora, aunque sean algo «chapuza», fórmulas para desbloquear la situación.
El presidente del CIS, que habla bien de Pedro Arriola, el histórico «gurú» de Rajoy y Aznar, identifica ahora tendencias políticas muy volátiles. Hasta hace poco, el 80% de los votantes tenía claro a quien iba a votar, ya fuera por razones de tradición familiar, situación laboral o pertenencia a grupo social. «Todo eso se ha quebrado». Ahora, la mitad de los electores vota por motivos diversos y cada vez retrasan más la toma de la decisión. Tezanos recuerda que Arriola defendió durante años que las campañas electorales apenas influían en el resultado. Era correcto, pero ha cambiado. «Ahora –apunta– un 4 ó 5% de los votantes no se deciden hasta el mismo día de las elecciones. Es un votante nuevo. Algunos, incluso acuden al colegio electoral sin saber a quien votarán». Es el nuevo reto de sociólogos y partidos políticos. El que descubra cómo atraer esos sufragios tan volátiles tendrá mucho ganado. En las elecciones de abril, hubo 26,36 millones de votos válidos. El 5% son 1,31 millones. Si además, en una docena de provincias, el último escaño se adjudicó por menos de mil votos, la importancia de esos indecisos extremos se multiplica y el reto consiste en captarlos.
El CIS publicará su última encuesta electoral el 21 de octubre, pero será «una foto fija del momento en el que se hicieron las entrevistas. Y si hay algún acontecimiento, todo se modifica». Tezanos cree que en las últimas elecciones, en abril, influyeron los debates electorales, lo que no le impide ser crítico: «tal y como se celebran en España, son un mal ejemplo de cultura democrática». Los insultos, por ejemplo, dice, «son el cáncer de la democracia». Durante años, según el presidente del CIS, hubo un modelo que preveía con suficiente acierto los resultados electorales en España. «Basado en la simpatía y en el recuerdo de voto, se quebró en 2015». Primaba al PSOE en lo que los expertos denominan «voto bruto». Por eso, cada respuesta de voto al PSOE se multiplicaba por 0,25 -se dividía- y las del PP por 1,2. En las últimas elecciones, el CIS utilizó 108 variables para someter a consistencia las respuestas de los encuestados. El método demostró su validez con los partidos tradicionales, pero fue mucho menos fiable con los nuevos. Ahora, barajan 86 variables, aunque Tezanos cree que lo ideal sería usar 10, porque «un modelo de interpretación es válido si es sencillo» y además vivimos «otra etapa de la sociología». Sus datos y el análisis y el olfato de Iván Redondo, el Arriola de Sánchez, animaron al inquilino de la Moncloa a repetir las elecciones. También influyeron, y no poco, los malos augurios económicos. Tezanos, genio y figura, confía que no se repita el bloqueo y que, aunque funcionan, no haya que recurrir a «fórmulas chapuzas». El 10-N, casi todo depende de ese 5% de indecisos recalcitrantes. Lo explicaba Umberto Eco, en Kant y el Ornitorrinco, cuando citaba a un británico del siglo XVIII, Boscoe Pertwee, que habría escrito: «Hace tiempo estaba indeciso, pero ya no estoy tan seguro». Incluso el 10-N, con la papeleta en la mano. Veremos.
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