Opinión

Hacia lo conocido desconocido

Manuel Marchena y sus compañeros de Tribunal han hecho su trabajo. La sentencia del «procés», gustará más o menos y puede ser criticada, pero en un Estado de Derecho, con separación de poderes nítida, debe ser acatada. Para unos es «blanda», para otros «muy dura» pero, en cualquier caso, desarbola «el procés» indepe desde el principio de los hechos probados, cuando constata «las proclamaciones unilaterales de ruptura con el sistema constitucional vigente». El Supremo ha juzgado y condenado «hechos» y «actuaciones concretas» y no opiniones –mucho menos la libertad de expresión–, que es a lo que intentan aferrarse los líderes del independentismo y sus seguidores, que ya pregonaban hacía días que «la sentencia no va a traer nada bueno». Cambó sostenía que el «catalán es un pueblo esencialmente sentimental». Es lo que pretenden aprovechar los más radicales del independentismo, que hablan del «fuerte impacto emocional» que ha provocado la sentencia. El objetivo es instalar en el imaginario «indepe» que Junqueras y compañía han sido condenados por utilizar la libertad de expresión y no por, entre otras cosas, haber desobedecido, tras advertencia previa explícita, al Tribunal Constitucional.
El día –el minuto- después de la sentencia comienza el tiempo de lo «conocido desconocido» y de lo «desconocido desconocido, terminología que acuñó en 2002, en vísperas de la Guerra de Irak, el entonces Secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld. Hay cosas que sabemos que no las conocemos. Son lo «conocido desconocido». Por ejemplo, los condenados del «procés» gozarán de una confortable semilibertad antes que después. Es lo que sabemos. Lo que no conocemos, aunque algunos lo intuyen, es cuando ocurrirá, con la Navidad como momento mágico. El Supremo mantiene la última palabra, pero es improbable que revoque a un juez de vigilancia catalán en este terreno. Varios de los miembros del Tribunal que ha presidido Marchena dudaban de la prisión preventiva. Si Puigdemont no se hubiera fugado, los condenados se hubieran ahorrado meses a la sombra antes del juicio. El indulto, después de las elecciones, por supuesto, o el cumplimiento de las penas, del que habló ayer Pedro Sánchez, forman parte de lo «conocido desconocido». Hay cosas que ni siquiera sabemos que no las conocemos. Son lo «desconocido desconocido» y, para Rumsfeld, esos son los asuntos «realmente difíciles de resolver». Junqueras y ERC saben que han perdido el sueño «indepe», si alguna vez lo creyeron y quieren rebajar la tensión. Todo lo contrario que Puigdemont, confiado en que sus candidatos obtengan un gran resultado en las elecciones del 10-N. El «procés» terminó ayer con la sentencia Marchena. Comienza lo «desconocido desconocido». Tampoco será fácil.