Opinión
Niñas y niños
Un reciente estudio nos confirma que las niñas y los niños a partir de los siete años o edad del uso de razón, que se decía cuando yo era pequeña, empiezan a tener claro que las profesiones son masculinas y femeninas. Afirma dicho informe que las crías, esas que soñaban con llegar a la luna, se hacen conscientes de que eso está muy alto y bajan a la tierra con sus deseos. Y me pregunto yo, ¿no será que el uso de razón las hace más razonables e inteligentes? Porque las pequeñas pisan la tierra con deseos muy loables y hermosos. Ellas prefieren, entonces, estudiar profesiones dedicadas al cuidado de los otros. Véase medicina, psicología, trabajo social, profesorado... Mientras que los varoncitos buscan profesiones en las que la fuerza y las habilidades físicas sean necesarias. ¿Seguimos en esas? Comprendo que en una sociedad diseñada para que las cosas pesen mucho, armas incluidas, se necesitan hombres robustos, pero de que eso sea así a desearlo hay un abismo.
En la importancia del aspecto físico, las niñas, pobres mías, con tanta presión social, sí lo tienen en consideración. Los niños, sin embargo, no le dan ninguna relevancia. Claro que a los siete u ocho años los niños son bastantes más inmaduros que ellas, esperemos a los veinte para ver esto. Además, los chicos se plantean su futuro según el éxito, mientras que en ellas esta variable no existe. Ellas ponen el acento en la presencia del cumplimiento y el sentido de la responsabilidad. Vemos que sí, que siguen las diferencias. Aunque también me alegra que las pequeñas valoren principalmente el humanismo. Me confirma que la revolución está ahí, en lograr ese paradigma en todos los sexos.
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