Jugar con dinero

Ya han llegado los anuncios lacrimógenos de la lotería de Navidad. Ya están en el centro los vendedores de décimos, despachando sin parar participaciones a los viandantes que buscan la fortuna imposible. Porque jugando siempre se pierde. Aunque ganes alguna vez, acabas pronto igual de pobre o más. O igual de rico. Esto es más cuestión de idiosincrasia.

Hay personas que siempre se lamentan de no tener dinero. Otros, sin embargo, con sueldecitos hacen virguerías y no se quejan, incluso invitan.
El juego, en general, nada tiene que ver con la idea de resolvernos lo precario de nuestra vida, el juego con dinero es un señuelo, una trampa para los que no quieren o no pueden mirar la realidad de frente. La lotería es todo un rito social bastante absurdo y que llena las arcas del Estado.
Los juegos de apuestas, ya sea por internet o en salones de juego, y que también llenas las arcas de unos y otros es algo más peligroso. Una practica que puede generar adicción y acabar con la vida de las personas.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud considera la ludopatía una enfermedad que genera efectos parecidos a la cocaína y otras drogas. Sí, la ludopatía arruina a la persona que la sufre y a su familia. Consigue que un ser humano deje de ser dueño de su vida y dependa de una diosa fortuna tan falsa como letal. Los hombres jóvenes y menores son, con las apuestas deportivas y el afán de ganar, los más adictos. No querer ver, inhibirse de su compromiso vital, es el origen. Y otra vez al colegio, a uno que enseñe que hay que vivir con los sentidos abiertos y la conciencia de nuestra responsabilidad.